La Luna y los lunáticos: musicología disparatada
Fidel Pablo Guerrero
Los que “están [o estamos] en la luna” no necesariamente creen en selenitas, ni en naves espaciales que los transporten hasta la fuente satelital de inspiración. Sus motivos son usarla como recurso metafórico para lo inalcanzable, lo brillante, lo misterioso, lo fantástico y lo romántico. Así muchos creadores han usado a esta azul compañera de viaje, como pretexto en alguna de sus obras literarias y de ficción. Entre nosotros y en lo que a música se refiere, se hicieron también “creaciones lunares” entre las que podemos asentar: Claro de luna (pasillo) del músico Rubén Uquillas cuyo texto dicen pertenece al reconocido poeta Jorge Carrera Andrade; Noche de luna y 9 de Octubre (pasillo) de Carlos Chávez, Luna llena (aire típico) de autor anónimo y ejecutada por los Troveros Criollos, Alto caminó la luna (sanjuanito) de Manuel Mantilla Cerón, Luz de luna (vals) de José I. Veintemilla, A la luz de la luna (vals) de Nicolás Abelardo Guerra, Er montubio en la luna (galope), entre otras.
Er montubio en la luna
Galope
Texto Rodrigo Chávez González
Adaptación del músico guayaquileño Guido Garay
Estamos sobre la luna
Brincando como er canguro,
Con Armstrong estamos seguros
En el módulo lunar.
Es verda’ que este corral
Es muy frío y desolado
Pero con Aldrin y mi machete
no le temo a este lugar.
Ya estamos sobre Selene
Con el pasito lunar.
(Tomado de la partitura manuscrita por gentileza del investigador Wilman Ordóñez).
Partitura de Er montubio en la luna . Dar click en la imagen para ver e imprimir en grande.
Audio de Er montubio en la luna. Dar click en play y subir el volumen.
Para llegar a la luna, a veces, se requiere un transporte y para ello se crearon las historias de fabulosas naves y de seres extraños que se movilizan en ellas e incluso -se dice- han venido al Tercer Planeta a traernos grandes adelantos tecnológicos. Parece que los únicos que llegaron a negociar con esos seres extraterrrestress son los “gringos”, pues no, no se nos han aparecido contactos para entregarnos la tecnología, a lo que más ha llegado a nosotros es la tecno-cumbia, la titulación de tecnologado (¡?) que dan en las instituciones musicales después de 13 años de estudio y lo que sí se puede decir que es de extraterrestres, es que hemos desarrollado la tecnología suficiente para instalar universidades enteras en un pequeño garaje, lo cual sorprende a propios y a extraterrestres. Sin embargo los ufólogos mantienen que todo se va a solucionar pues ya vienen los seres superiores y nos traen los avances más fabulosos. De ser así muy pronto estaremos sembrando choclos en la luna.
Enamorados en la luna. Promoción de un pasillo de F. Paredes Herrera que apareció en un diario guayaquileño en los años 30’s. Colección Wilma Granda.
Efectivamente, los norteamericanos son los que han tenido más abducciones y contactos cercanos de 1ro, 2do y 3er tipo (hay rubias del Pentágono que se han contactado cercanamente hasta con 4 tipos). En julio de 1947, en Roswell, Nuevo México, EEUU, se supone chocó un plato volador, semejante circunstancia es considerada como el evento ufológico más trascendente. Así mismo se habla de la mítica Área 51 en donde se guardan todos los objetos e información extraterrestre (lo máximo que tenemos aquí son 51 áreas sin alcantarillado y sin información de vías terrestres).
De todos modos los músicos creaban versiones futuristas sobre platos voladores y amores marcianos. Hay una pieza musical anglo que se tradujo al español y circuló en nuestro medio con el título de Marcianita, llegando a ocupar los primeros lugares del rock and roll.
En nuestro país también se creía, musicalmente hablando, en platillos voladores. En la capital, en febrero de 1950 se hizo una versión criolla en torno a los objetos voladores que puede contribuir en el debate de los ufólogos. Su autor el “Rey del Pasacalle” César Humberto Baquero:
El platillo volador
Pasacalle
César Baquero, música y texto
Cuando negra nos casemos
Yo te llevo al cielo azul
En la nave más moderna
Que hasta aquí se conoció.
No se asombre mi morena
Ni me crea un hablador
Es la nave más moderna:
El platillo volador.
Por el Marte y por el Venus
Por la Luna pasaremos
Protegidos amor mío
Para nunca fracasar.
Nuestro amor como será
En el inmenso azul del cielo.
De la tierra lo verán
Como un lucerito más.
Partituras de El platillo volador. Dar click para ver en grande e imprimir.
Audio de El platillo volador de César Baquero. Dar click en play y subir el volumen.
Al parecer su texto tecnológico no dio paso a que los dúos y tríos de una época abolerada y dulzona se interesaran en esta pieza musical, a tal punto que no la hemos encontrado grabada; quizá quedó sin registrarse discográficamente por ello damos a conocer su partitura, al menos como una rareza que estaba condenada al olvido[1].
Otros sucesos notables, vinculados al mismo asunto han inspirado a los artistas. El alunizaje del hombre fue un acontecimiento imborrable para los que en los años 60’s no fueron a Woodstock y tenían la suficiente conciencia de preocuparse de esa proeza, considerada el mayor logro del siglo XX después de la pérdida de la guerra en Vietnam, la creación del símbolo de pis and lov y la marihuana como otro medio de transportarse al espacio. El 20 de julio de 1969 el hombre pisó suelo extraterrestre. El astronauta Neil Armstrong puso su bota sobre la Luna y dijo las históricas palabras: "éste es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad". Se parece al chiste de doble sentido que hacen los masones: "éste es un pequeño MA para un hombre, pero un gran ZON para la humanidad".
Todavía está en tela de duda si en realidad los estadounidenses, en esa despiadada competencia de la conquista del espacio entre comunistas y capitalistas, llegaron o no a pisar el satélite. Se promocionaron mucho los registros fílmicos sobre el asunto. El asombro en el mundo era mayúsculo; recuerdo que muy niños mi padre nos trajo un modelo de papel a escala del modulo lunar que venía con alguna promoción, de cigarrillos creo. Entre las fotos y registro visuales del alunizaje se ve a la bandera gringa flameando en medio del suelo lunar, lo raro es que dicen que eso es imposible por la falta de viento en lugares de poca gravedad. Ciertamente es que desde el supuesto alunizaje, jamás se volvió pisar tierra selenita y muchos científicos y excépticos creen que fue el mayor engaño astrolunar del siglo XX.
De todas manera, impresionado por aquella epopeya cósmica, el increíble compositor cayambeño, Luis Humberto Salgado (1903-1977) creó su obra Selene (con cuyo nombre también se conoce a la luna, de ahí lo de selenitas). Esta obra para trío de maderas: flauta, oboe y corno inglés, creada en Quito entre el 3 agosto y el 24 agosto de 1969, dedicada a los protagonistas de la hazaña: Armstrong, Aldrin y Collins, consta de 3 movimientos: I. Partida (Adagio molió); II. Alunizaje (Andantino); III. Retorno (Adagio Quasi Andante).
Otros sucesos notables, vinculados al mismo asunto han inspirado a los artistas. El alunizaje del hombre fue un acontecimiento imborrable para los que en los años 60’s no fueron a Woodstock y tenían la suficiente conciencia de preocuparse de esa proeza, considerada el mayor logro del siglo XX después de la pérdida de la guerra en Vietnam, la creación del símbolo de pis and lov y la marihuana como otro medio de transportarse al espacio. El 20 de julio de 1969 el hombre pisó suelo extraterrestre. El astronauta Neil Armstrong puso su bota sobre la Luna y dijo las históricas palabras: "éste es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad". Se parece al chiste de doble sentido que hacen los masones: "éste es un pequeño MA para un hombre, pero un gran ZON para la humanidad".
Todavía está en tela de duda si en realidad los estadounidenses, en esa despiadada competencia de la conquista del espacio entre comunistas y capitalistas, llegaron o no a pisar el satélite. Se promocionaron mucho los registros fílmicos sobre el asunto. El asombro en el mundo era mayúsculo; recuerdo que muy niños mi padre nos trajo un modelo de papel a escala del modulo lunar que venía con alguna promoción, de cigarrillos creo. Entre las fotos y registro visuales del alunizaje se ve a la bandera gringa flameando en medio del suelo lunar, lo raro es que dicen que eso es imposible por la falta de viento en lugares de poca gravedad. Ciertamente es que desde el supuesto alunizaje, jamás se volvió pisar tierra selenita y muchos científicos y excépticos creen que fue el mayor engaño astrolunar del siglo XX.
De todas manera, impresionado por aquella epopeya cósmica, el increíble compositor cayambeño, Luis Humberto Salgado (1903-1977) creó su obra Selene (con cuyo nombre también se conoce a la luna, de ahí lo de selenitas). Esta obra para trío de maderas: flauta, oboe y corno inglés, creada en Quito entre el 3 agosto y el 24 agosto de 1969, dedicada a los protagonistas de la hazaña: Armstrong, Aldrin y Collins, consta de 3 movimientos: I. Partida (Adagio molió); II. Alunizaje (Andantino); III. Retorno (Adagio Quasi Andante).
Audio Selene / Luis H. Salgado
Si se hubiese llegado a confirmar que fue un truco cinematográfico, con el propósito de ganar la carrera espacial a los rusos y que las pruebas del alunizaje se falsificaron, seguramente el temperamental Salgado hubiese roto su obra, aunque habría sido suficiente con que le cambie de nombre y en vez de Selene le bautizara como Selena, con lo cual, sin saberlo habría homenajeado a la desaparecida cantante de tex mex.
Hablando de lunáticos me recuerdo la historia de la “Guerra de los Mundos”, un programa radial que causó conmoción en Quito y sus alrededores, en febrero de 1949 y que luego produjo una tragedia: la quema de las instalaciones de las “bestias salvajes” de El Comercio (aunque para algunitos eso no sería tragedia). Leonardo Páez era presentador radial, narrador y músico. Páez fue el creador de varias piezas populares entre ellas de las clásicas La tuna quiteña (pasacalle), Reina y señora (pasacalle) y Misa de doce (albazo), y fue integrante del gran Dúo Villavicencio-Páez. Trabajó en Radio Quito y se le ocurrió hacer la versión ecuatoriana de La Guerra de Los mundos, cuya base era una novela de 1898 que se montó en los EEUU y causó tremendo impacto, pues al igual que en la versión quiteña, se hizo creer que los extraterrestres invadían y destruían el país.
En la radio se interrumpió la canción que el dúo Benítez-Valencia estaba interpretando para dar una noticia de última hora: nos invadían los extraterrestres. De a poco se mencionaba que avanzaban por la ciudad y ya estaban en la Alameda y que a su paso solo quedaban cenizas. Muchas personas creyeron que en realidad se trataba de una incursión de seres alienígenas. Mi madre me contó que en Pomasqui se hicieron sonar las campanas avisando el acontecimiento y que se vivieron momentos de pánico. Cuando el susto pasó y los radioescuchas se percataron del engaño decidieron ir en pos de los engañadores. Al grito de “abajo los Mantillas” (dueños de El Comercio y Radio Quito) -según nos lo dijo uno de los testigos presenciales, el cantante don Gonzalo Benítez-, decidieron prender fuego al edificio. Varias personas murieron, entre ellos dos músicos: el violinista guayaquileño Perfecto Alvarado y el pianista Raúl Molestina, quienes trabajaban en las presentaciones musicales de la radio. Don Gonzalo señalaba que muchos músicos, actores que estuvieron en la planta radial se salvaron arriesgándose por pasajes y altillos peligrosos hacia los edificios contiguos; tanto él como el “Potolo” Valencia lograron salir ilesos, con algunos golpes y raspones por cierto en medio del calor intenso y el zinc y ladrillo que quemaba. Contaba que también estuvo un contrabajista -y bromeando señalaba-: “con esa manotas callosas que tenía no sentía ni el calor de los ladrillos y logró trepar y salvar su vida”.
Páez tuvo que escapar de la turba enfurecida y ocultarse por un tiempo, dicen que en alguna población de la provincia de Imbabura, en donde compondría el pasacalle Reina y señora (Tierra preciosa la de Imbabura, la más hermosa del Ecuador…). Luego se radicaría definitivamente en Venezuela.
El músico Carlos E. Murrieta, al parecer poco después de que se estrenó “La Guerra de los Mundos”, para que pase el susto, hizo un pasillo titulado Los marcianos:
Los marcianos
Pasillo
Letra y música: Carlos E. Murrieta
Llegaron los marcianos!
Mi linda no te aterres:
Son seres naturales
Sensibles al amor;
Son seres esforzados,
De voces melodiosas,
Que “armados de guitarras”
Hoy cantan para ti!
Auténticos marcianos
Al objetivo vamos
Sonrientes a la muerte,
Sonrientes al querer…
Nuestra actitud no es bélica,
No puede nunca ser;
Por unos ojos bellos,
Glorioso es el morir!
Llegaron los marcianos
Que pánico no cunda:
Somos embajadores
De una misión galante:
Cantar este pasillo
A la atrayente MARCIA,
Y retornar a Marte
Vivando el Ecuador.
(En: El mosquito, N° 3, tomo 26, [ca. p. 9]. Guayaquil, 1949. Obsequio de nuestro amigo, el periodista guayaquileño Hugo Delgado Cepeda).
Bueno… con guerra extraterrestre ficticia, con incendio de por medio o sin él, lo cierto es que nos dejaron locos con el golpe del 30 de septiembre; al parecer los policías y otros sectores reaccionarios pretendían festejar el Día del Pasillo Ecuatoriano (1 de octubre) con magnicidio y todo; la absolución del fiscal y su esposa también nos dejaron sin un tornillo, de nada sirvió el carrito de juguete que llevó a la Asamblea “El Loco” Velasco (Al “Paco” me refiero, no a José María); eso sin contar que los dueños de los medios están como locos con la Ley de Comunicación y enloquecidos están en las filas de Alianza País, pues algunos acólitos gubernamentales van a hacer campaña por el No en la Consulta; cosas locas de la politiquería, quizá por falta de radicalización y de trabajo con el pueblo y no con los “ciudadanos”, o quizá porque hay demasiados infiltrados y oportunistas: es el problema del “izquierdismo curuchupa” que es cosa de extraterrestres; y, como cosa de locos dicen que ya viene “El Loco” Abdalá (el propio de atar). Lástima, pero tengo que interrumpir el soliloquio pues me han venido a ver las Hermanitas Luna y me han traído una camisa de triple manga, dicen que para dar un concierto en el Sanatorio, … es mi hora de jugar en el cuarto acolchonado.
Quito, febrero 2010 (cambios leves en 22 febrero 2011)
Nota:
[1] El texto o letra estaba aparte y no colocado bajo la pauta, por lo que lo hemos puesto según nosotros creemos podría ser.
[1] El texto o letra estaba aparte y no colocado bajo la pauta, por lo que lo hemos puesto según nosotros creemos podría ser.
Buenas noches Sr. Fidel Pablo Guerrero Gutiérrez, le saluda Edmundo Cevallos. Si no es mucha molestia como podría conseguir al menos una imagen digitalizada de El mosquito, N° 3, tomo 26, [ca. p. 9]. Guayaquil, 1949. Obsequio de su amigo, el periodista guayaquileño Hugo Delgado Cepeda).
ResponderEliminarMe interesa sobremanera ya que soy bisnieto del Sr. Carlos Alberto Murrieta Cadena n. 1893 y f. 1954, músico y compositor.
Y estoy recopilando información familiar genealógica.
Mis datos de contacto edmundo.cevallos@gmail.com o giowolfpathyahoo.com. Gracias de antemano.