sábado, 15 de septiembre de 2012

Salve, salve gran señora. Carta a Mesías


Carta para Mesías Maiguashca

Estimado Mesías
Reciba un cordial saludo y una disculpa por la tardanza, pero he pasado muy ajustado. Respondiendo su pedido debo decirle que las siguientes son las informaciones que dispongo del canto religioso Salve, salve Gran señora, espero le sean de utilidad.

Salve, salve Gran Señora o Salve de la Virgen de la borradora

Es un cántico religioso dedicado a la Virgen María que se puede escuchar hasta la actualidad en iglesias y procesiones de la sierra andina del Ecuador. El musicólogo Segundo Luis Moreno (1882-1972) considera que debe tratarse de un himno dedicado al Sol o al Inca de épocas precolombinas, que en tiempos coloniales los misioneros lo tomaron para imponerle un texto católico (que es el que se conoce ahora) con la finalidad de que la “evangelización sea más sutil”.

En ese cambio de texto, la versión en lengua original debió perderse con el tiempo, quizá por sometimiento, pues como se sabe muchas expresiones indígenas fueron prohibidas y destruidas. Al menos sobrevivió su música (No estoy seguro pero probablemente existe una traducción al quichua que tal vez hizo el padre Grimm a fines del s. XIX; voy a buscarla en el  Vademécum para curas párrocos, es en realidad un libro raro). 

La primera transcripción que he localizado de esta pieza corresponde a un violinista anónimo que la registró en su cuaderno en tiempos de la Independencia. Allí consta con el título de  la Salve de la borradora.

Dar click en la imagen para visualizar en grande.
No sabíamos que así se denominaba esta melodía en esa época, y solo fue posible confrontar esa designación con otra que hallamos en una transcripción –de fines del siglo XIX o comienzos del siglo XX- del músico Carlos Amable Ortiz (1859-1937) que igualmente la apuntó  con ese nombre.


Años después, en 1865, por pedido del español Marcos Jiménez de la Espada el músico Juan Agustín Guerrero (ca. 1816-1886) recogió en partitura muestras de melodías indígenas y populares del Ecuador, las mismas que se presentaron en el Congreso de Americanistas de 1881 y se publicarían en Madrid recién 1883 bajo el genérico de Yaravíes quiteños. Entre las piezas de esta colección consta el Yupaychisca, que dice una nota explicativa que los indios  cantan en las haciendas. Desafortunadamente no hizo constar el texto. Si la nota dice: “Con este yaraví cantan los indios de las haciendas inmediatas a Quito “Al Divino" todos los días de fiesta a las tres de la mañana”, hubiese sido bueno que el texto se coloque en la pauta, así se sabría si se cantaba en quichua o en español, pero eso no sucedió (no se sabe si Guerrero la envío así o si en la edición que se hizo en Madrid no se colocó el texto).

 El Yupaichisca publicado en 1883 en Madrid trae una nota: Con este yaraví cantan los indios de las haciendas inmediatas a Quito el "Al divino" todos los días de fiesta a la tres de la mañana.


Segundo Luis Moreno hizo también una transcripción que la publicó en 1930 (“La música en el Ecuador”) y escribió sobre ella los siguientes párrafos:

“Esta melodía es del estilo indígena puro. En el apéndice de las Actas del Congreso de Americanistas, celebrado en Madrid en 1881, figura como yaraví […] Debo hacer notar que han procedido con ligereza –y por esto han sufrido gran equivocación-quienes clasificaron de yaraví esta melodía. El título mismo indica que fue un canto sagrado: ‘Yupaichishca’ significa  adorable, venerable, digno de toda alabanza; y esto no podía referirse sino a la divinidad, o al Inca que era tenido por persona divina.
“De todas maneras, es indudable que desde los primeros tiempos de la dominación española ha debido ser adaptada esta melodía como plegaria  a la “Gran Señora … Emperatriz del Cielo”.   […] la composición es bella: sencillez, variedad y hondo sentimiento de ternura emocionante, la revisten de expresión lírica nada común. Está construida en el modo menor de la escala pentafónica, y la he tomado de tema para el primer tiempo de la Suite ecuatoriana; con solo él –para la que composición no pierda su carácter rapsódico- he desarrollado un preludio sinfónico”.

La Suite ecuatoriana N° 1 de Moreno se estrenó en 1946 en el Teatro Sucre con la orquesta del Conservatorio y bajo la batuta del mismo compositor, una nota de la época decía:  “El primer movimiento (lento) consiste en un preludio sinfónico so­bre un canto popular religioso, el "Salve, salve Gran Señora", de profundo, solemne y conmovedor acento, canto de la pura, limpia, matinal fe religio­sa del campesino ecuatoriano. El mo­tivo del cántico, infinitamente variado por el Maestro, reaparece siempre con distinto ritmo y distinta instrumen­tación, y es, sobre la permanente rea­lidad de su existir centenario y so­lemne, una idea nueva y encantadora (Letras del Ecuador, año I, No. 2, de abril, p. 15. Quito: CCE, 1946).

Como lo he dicho ya antes, he logrado compilar unas cuantas partituras de esta obra, ellas nos permiten  apreciar que la melodía ha sufrido cambios a lo largo del  tiempo. Esto se puede verificar en el Anexo donde he transcrito las partituras.

El texto de la primera estrofa  que se suele cantar es como sigue:

Salve, salve Gran señora
Salve poderosa Madre
Salve emperatriz del cielo
Hija del eterno Padre.
(puede escuchar otras estrofas en las grabaciones que le envío adjuntas).

Hacia el 2005 se grabó un disco con esta pieza, pero nosotros le modificamos ligeramente el texto para que nuevamente esté dedicada al Sol:

Modificación:
Salve, salve Gran Señor
Salve poderoso Padre
Salve emperador del cielo
Hijo del eterno Padre.


Anexos (varias transcripciones):
Transcripciones: Dar click en la imagen para ver más grande; bajar el gráfico para imprimir en grande.

Partitura de Salve de la Borradora del tiempo de la Independencia:

Transcripción de la partitura de 1865 de Juan Agustín Guerrero:

La de Segundo Luis Moreno de los años 20’s (se publicó en 1930):


Y esta otra de la colección del músico Carlos Amable Ortiz que data de inicios del s. XX.


 En la próxima entrega le haré llegar alguna otra información.


Saludos
Pablo Guerrero Gutiérrez.

3 comentarios:

  1. Simplemente deseo felicitarte por este sitio web. Soy un pianista aficionado que se encuentra en el exterior estudiando, y me parece muy valioso que personas como tú puedan difundir la cultura musical de nuestro país.

    Hace varios años, en la biblioteca del Conservatorio Franz Liszt me ayudaste a conseguir varias partituras que necesitaba para estudiarlas e interpretarlas en el piano.

    Exitos y sigue adelante !!

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  2. Es interesante que la primera partitura que se haya encontrado tenga por nombre Salve, a la Borradora, soy de San Roque y claro conozco a la virgen Borradora, en tiempos de la Colonia, era la Virgen de Quito, famosa por haber librado de la orca a un quiteño condenado a muerte injustamente, la leyenda consta en el retablo de la Virgen, aún hoy en la Iglesia de San Roque. La popularidad de aquella (la Borradora) en el Quito Colonial, era equivalente a la que hoy gozan sus "hermanas" del Quinche o del Cisne. Estimado Pablo, deseo usar esta información en un concierto virtual que daremos en el mes de diciembre, comuníquenos si es posible. Mil gracias por sus valiosísimos aportes y un abrazo. Atte. María del Cisne Chicaiza.

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  3. Hooola en resumen en que ritmo se lo puede interpretar en la actualidad, disculpen mi desconocimiento, pero puede tocorce como un danzante

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