Carta para Mesías Maiguashca
Estimado Mesías
Reciba un cordial saludo y una
disculpa por la tardanza, pero he pasado muy ajustado. Respondiendo su pedido
debo decirle que las siguientes son las informaciones que dispongo del canto
religioso Salve, salve Gran señora, espero
le sean de utilidad.
Salve, salve Gran Señora o Salve de la Virgen de la borradora
Es un cántico religioso dedicado
a la Virgen María que se puede escuchar hasta la actualidad en iglesias y
procesiones de la sierra andina del Ecuador. El musicólogo Segundo Luis Moreno
(1882-1972) considera que debe tratarse de un himno dedicado al Sol o al Inca
de épocas precolombinas, que en tiempos coloniales los misioneros lo tomaron
para imponerle un texto católico (que es el que se conoce ahora) con la
finalidad de que la “evangelización sea más sutil”.
En ese cambio de texto, la
versión en lengua original debió perderse con el tiempo, quizá por sometimiento,
pues como se sabe muchas expresiones indígenas fueron prohibidas y destruidas. Al
menos sobrevivió su música (No estoy seguro pero probablemente existe una
traducción al quichua que tal vez hizo el padre Grimm a fines del s. XIX; voy a
buscarla en el Vademécum para curas párrocos, es en realidad un libro raro).
La primera transcripción que he
localizado de esta pieza corresponde a un violinista anónimo que la registró en
su cuaderno en tiempos de la Independencia. Allí consta con el título de la Salve
de la borradora.
No sabíamos que así se denominaba
esta melodía en esa época, y solo fue posible confrontar esa designación con
otra que hallamos en una transcripción –de fines del siglo XIX o comienzos del
siglo XX- del músico Carlos Amable Ortiz (1859-1937) que igualmente la
apuntó con ese nombre.
Años después, en 1865, por pedido
del español Marcos Jiménez de la Espada el músico Juan Agustín Guerrero (ca.
1816-1886) recogió en partitura muestras de melodías indígenas y populares del
Ecuador, las mismas que se presentaron en el Congreso de Americanistas de 1881
y se publicarían en Madrid recién 1883 bajo el genérico de Yaravíes quiteños. Entre las piezas de esta colección consta el Yupaychisca, que dice una nota explicativa
que los indios cantan en las haciendas. Desafortunadamente
no hizo constar el texto. Si la nota dice: “Con este yaraví cantan los indios
de las haciendas inmediatas a Quito “Al Divino" todos los días de fiesta a
las tres de la mañana”, hubiese sido bueno que el texto se coloque en la pauta,
así se sabría si se cantaba en quichua o en español, pero eso no sucedió (no se
sabe si Guerrero la envío así o si en la edición que se hizo en Madrid no se
colocó el texto).
Segundo Luis Moreno hizo también una transcripción que la
publicó en 1930 (“La música en el Ecuador”) y escribió sobre ella los
siguientes párrafos:
“Esta melodía es del estilo indígena puro. En el apéndice de
las Actas del Congreso de Americanistas, celebrado en Madrid en 1881, figura
como yaraví […] Debo hacer notar que han procedido con ligereza –y por esto han
sufrido gran equivocación-quienes clasificaron de yaraví esta melodía. El
título mismo indica que fue un canto sagrado: ‘Yupaichishca’ significa adorable, venerable, digno de toda alabanza;
y esto no podía referirse sino a la divinidad, o al Inca que era tenido por
persona divina.
“De todas maneras, es indudable que desde los primeros
tiempos de la dominación española ha debido ser adaptada esta melodía como
plegaria a la “Gran Señora … Emperatriz
del Cielo”. […] la composición es
bella: sencillez, variedad y hondo sentimiento de ternura emocionante, la
revisten de expresión lírica nada común. Está construida en el modo menor de la
escala pentafónica, y la he tomado de tema para el primer tiempo de la Suite ecuatoriana; con solo él –para la
que composición no pierda su carácter rapsódico- he desarrollado un preludio
sinfónico”.
La Suite ecuatoriana N° 1 de Moreno se estrenó en 1946 en el Teatro
Sucre con la orquesta del Conservatorio y bajo la batuta del mismo compositor,
una nota de la época decía: “El primer movimiento (lento) consiste en un preludio sinfónico sobre un canto popular
religioso, el "Salve, salve Gran Señora", de profundo, solemne y
conmovedor acento, canto de la pura, limpia, matinal fe religiosa del
campesino ecuatoriano. El motivo del cántico, infinitamente variado por el
Maestro, reaparece siempre con distinto ritmo y distinta instrumentación, y
es, sobre la permanente realidad de su existir centenario y solemne, una idea
nueva y encantadora (Letras del Ecuador, año I, No. 2, de abril, p. 15. Quito: CCE, 1946).
Como lo he dicho ya antes, he
logrado compilar unas cuantas partituras de esta obra, ellas nos permiten apreciar que la melodía ha sufrido cambios a
lo largo del tiempo. Esto se puede
verificar en el Anexo donde he transcrito las partituras.
El texto de la primera
estrofa que se suele cantar es como
sigue:
Salve, salve Gran señora
Salve poderosa Madre
Salve emperatriz del cielo
Hija del eterno Padre.
(puede escuchar otras estrofas en las grabaciones que le envío
adjuntas).
Hacia el 2005 se grabó un disco
con esta pieza, pero nosotros le modificamos ligeramente el texto para que
nuevamente esté dedicada al Sol:
Modificación:
Salve, salve Gran Señor
Salve poderoso Padre
Salve emperador del cielo
Hijo del eterno Padre.
Anexos (varias
transcripciones):
Transcripciones: Dar click en la imagen para ver más grande; bajar el gráfico para imprimir en grande.
Partitura de Salve de
la Borradora del tiempo de la Independencia:
Transcripción de la partitura de 1865 de Juan Agustín Guerrero:
La de Segundo Luis Moreno de los años 20’s (se publicó en
1930):
Y esta otra de la colección del músico Carlos Amable Ortiz que
data de inicios del s. XX.
En la próxima entrega
le haré llegar alguna otra información.
Saludos
Pablo Guerrero Gutiérrez.
Simplemente deseo felicitarte por este sitio web. Soy un pianista aficionado que se encuentra en el exterior estudiando, y me parece muy valioso que personas como tú puedan difundir la cultura musical de nuestro país.
ResponderEliminarHace varios años, en la biblioteca del Conservatorio Franz Liszt me ayudaste a conseguir varias partituras que necesitaba para estudiarlas e interpretarlas en el piano.
Exitos y sigue adelante !!
Es interesante que la primera partitura que se haya encontrado tenga por nombre Salve, a la Borradora, soy de San Roque y claro conozco a la virgen Borradora, en tiempos de la Colonia, era la Virgen de Quito, famosa por haber librado de la orca a un quiteño condenado a muerte injustamente, la leyenda consta en el retablo de la Virgen, aún hoy en la Iglesia de San Roque. La popularidad de aquella (la Borradora) en el Quito Colonial, era equivalente a la que hoy gozan sus "hermanas" del Quinche o del Cisne. Estimado Pablo, deseo usar esta información en un concierto virtual que daremos en el mes de diciembre, comuníquenos si es posible. Mil gracias por sus valiosísimos aportes y un abrazo. Atte. María del Cisne Chicaiza.
ResponderEliminarHooola en resumen en que ritmo se lo puede interpretar en la actualidad, disculpen mi desconocimiento, pero puede tocorce como un danzante
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