Pasacalle:
género musical de cholos y chullas
Por Fidel Pablo Guerrero
Portada de partitura del pasacalle Cholo Porteño. |
El
género musical que mejor narra al cholo, al chulla, a la clase popular y se
preocupa de mostrar sus vivencias,
costumbres y entorno local es sin duda el pasacalle. El español
conquistador despreció al nativo y procuró borrar sus expresiones culturales;
trajo para ello, espadas, cruces, y sus canciones e instrumentos musicales. Así
llegó un día el pasodoble a América. El pueblo colonizado, por su parte
buscando resistir y, algunas veces, usando
las mismas herramientas que trajo el opresor, las daba la vuelta y usaba a su
favor, así, en cambio, nació el pasacalle. Ahora a través del pasacalle
–que viene a ser un pasodoble reinventado-, se reivindica a los hombres del pueblo y a su tierra
soberana. La música y la poesía suelen servir también para desagraviar la historia
sufrida.
El
historiador Jorge Núñez Sánchez (Prov. Bolívar, 1947-) se refiere al pasacalle
ecuatoriano como el “Himno de la Patria Chica”, un criterio que nos parece muy
acertado para definir a este género musical, cuyos textos en gran medida están dedicados a poblaciones
de nuestro país y que, convertidos en himnos populares, aún se cantan
con fervor. En definitiva es un género que pondera la tierra natal, un género
de lugar, lo que en quichua equivaldría a Ñuca llacta (mi tierra, mi
país, mi patria, mi lugar).
En
América Latina se usa el concepto de “Patria Chica” para el terruño o localidad
donde uno ha nacido o vive, y el de “Patria Grande” para el territorio mayor.
Por ejemplo, una pequeña localidad o una provincia sería la Patria Chica, mientras
el Ecuador sería la Patria Grande, pero en un contexto mayor, el Ecuador sería
la Patria Chica y el Continente Americano, la Patria Grande. A estos criterios
-que se los suele pensar más desde lo territorial- habría que sumar aquel de que la Patria no es
un lugar o un paisaje sino –como la define el cantautor venezolano Alí Primera-
que “La Patria es el hombre”.
Ciertamente
que géneros foráneos han pasado a ser parte del acervo cultural ecuatoriano,
pero eso únicamente se ha producido cuando la población los asimila
culturalmente como “propios”, caso del pasillo ecuatoriano o del fox
incaico ecuatoriano (agregamos el gentilicio, porque también hay pasillos
colombianos y fox incaicos peruanos). Por eso en algunas partes del
Mundo se habla de un rock nacional, o del vals criollo, por
ejemplo. Pero para que aquello se produzca se presentan algunas condicionantes,
como la asimilación de la población de un género externo y el hecho de que ese
género haya sido modificado por los artistas cargándole de elementos o
expresiones culturales, musicales o lingüísticas locales.
Esto
precisamente sucedió con el pasacalle, un género musical binario que
emergió en nuestro medio en el siglo XIX y se consolidó a comienzos del siglo
XX. Nació como una derivación del pasodoble español, pero fue mutando
hasta definirse como un género con cualidades propias, sobreponiéndose al pasodoble
y logrando pervivir hasta nuestros días, cantado por ciudadanos y campesinos.
Portada de partitura del pasodoble Al oriente a paso de vencedores. |
El pasodoble
español tenía básicamente tres tipologías, el pasodoble militar, el pasodoble
de baile y el pasodoble torero. El pasacalle ecuatoriano tomó
de ellos el modelo, sobre todo en lo relacionado a su metro binario, su
acompañamiento característico y, en principio, su armonía. Con todo esto se hicieron piezas con sabor
español, en ciertos casos usando la llamada cadencia andaluza (o frigia, que no
siempre se presenta en forma pura), sin embargo a la larga el medio exigió que el pasacalle tuviera más afinidad
con la armonía de los géneros populares locales. A modo de ejemplo véanse los
tres pasacalles siguientes:
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El Chullita quiteño, creado por Alfredo Carpio en 1946, muestra la dualidad española-ecuatoriana. Su introducción de sabor español, contrasta con el resto de la pieza que tiene más bien un esquema melódico y armónico local.
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La cadencia andaluza,de raíces árabes, presente en Vives en mi mente, un pasacalle denominado “flamenco” por el compositor Custodio Sánchez.
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Aunque la melodía puede guardar lejana reminiscencia española, pero la parte armónica del pasacalle Mujer Sigseña, está despojada de ella. Este modelo armónico, es el que se quedó como característica del pasacalle ecuatoriano.
Algo
de historia
En el
catálogo de partituras que hizo Carlos Rolando de la Biblioteca Municipal, que
hoy lleva su nombre en la ciudad de Guayaquil, consta un pasacalle
titulado la Guarandeña de Manuel Vásquez que data del año de 1876. No
hemos podido hallar el volumen donde consta esa partitura (al parecer está
extraviado), así que solo nos queda especular si se trataba de un pasacalle
como lo conocemos hoy o si era uno de aquellos que se hacían en el siglo XIX y
que tenían otras distintas características, como lo veremos más adelante.
Si
hasta los años 20’s los pasacalles no tenían una direccionalidad marcada
en relación a las localidades y trataban sobre temáticas diversas, festejos y carnavales, a tal punto que en
1918 el escritor ecuatoriano Alejandro Mateus aseveraba que pasacalle
era “cualquier música alegre y de ningún valor artístico”, seguidamente vemos
que los pasacalles empezaba a definirse cada vez más como piezas de
dedicatoria, como los pasacalles de Francisco Paredes Herrera: Juanito
criollo, Guayaquileño ciento por ciento o Santa Juana Huayamave
entre otros. A partir de los años 40’s, cuando se compuso el pasacalle El
chullita quiteño, del compositor Alfredo Carpio, el género había tomado ya una ruta definida,
motivando a otros creadores a repetir la fórmula. Después de El Chullita
Quiteño (que pasó a llamarse El Chulla quiteño) que destacaba a un
personaje y lugares típicos de la capital, más tarde o más temprano,
aparecerían otros con títulos semejantes, El chulla riobambeño de
Gerardo Arias, La chulla quiteña de Clodoveo González, El chulla del
Puyo, Chullita llanochiquense de Mesías Carrera; etc., y otros similares
que procuraban destacar con orgullo sus sitios de origen. Algunos músicos de
otras localidades, también crearon pasacalles de lugares donde habían pasado
alguna experiencia, aunque no fuera su tierra de origen. Así nació, Reina y
señora, pasacalle dedicado a la provincia de Imbabura y cuyo creador
es el quiteño Leonardo Páez; Riobambeñita del compositor quiteño
Guillermo Vásquez o Ambato, tierra de flores, del guayaquileño Carlos
Rubira.
Su nombre genérico, pasacalle, (también
anotado como pasa-calle y Pasa-Calle) puede venir de España, aunque existe la
teoría que fue en el continente americano, que junto a la chacona,
surgió el pasacalle en épocas coloniales. En nuestro país hemos hallado
piezas musicales denominadas pasacalles que datan de fines del siglo
XVIII e inicios del siglo XIX. Estas obras las podemos encontrar en forma
individual o siendo parte de los llamados tonos de oración, que lo vinculan
directamente a la música religiosa. Se apuntaba en diversos compases, 6/8, 3/8
o 4/4 y, seguramente, ese tipo de pasacalle debió tener temáticas y
funciones totalmente diferentes al de nuestros días. A modo de ejemplo
insertamos un pasacalle que forma parte
de un tono de oración y otro que ha sido tomado del cuadernillo: Colección
de tocatas de violín, antiguas y modernas dividida en tres partes... compuesta
en Quito el año del Señor de 1848:
Dar clic para agrandar. |
En
relación a los pasacalles de otras latitudes, a más del conocido Passacaglia
del barroco alemán [Passacaglia y
fuga de Bach (1686-1750)] y el Passacaille francés [Christe: Trio
en Passacaille, de André Raison
(1640 – 1719)], ha sido España la fuente principal de este género. En tiempos
más actuales lo hallamos en España siendo parte de la zarzuela. Hacia
1922 empezó a crearse el pasacalle de los chisperos que constituiría un
segmento de La Calesera, zarzuela
que se estrenó en España en 1925 y que un par de años más adelante ya se
conocía e imprimía en Chile.
Portada y primera página de la partitura La calesera. Chile, 1927 |
Así
también, hacia 1928 destacaba en Perú el torero Pedro Alfaro Castro (1896-s-
XX) apodado “Las Facultades”, a quien el compositor Raymundo Salcedo le dedicó
el pasacalle, ¡Olé, Facultades! Las dos piezas antecedentes
suenan a pasodoble español. También podemos hallar que en Bolivia existe
un tipo de pasacalle, ese sí, muy distinto al referente español.
Portada de partitura. Perú. |
Piezas
del cancionero
Romancero de la Chola cuencana. |
Hemos
recogido en este cancionero un puñado de obras musicales a la Patria Chica.
Canciones a ciudades, barrios y ríos de nuestro país. Varios han sido los
géneros musicales para expresar ese sentido de terruño: yaravíes,
sanjuanitos, danzantes, pasillos, fox incaicos, albazos y otros, como podrá
apreciarse en esta colección. Sin embargo a lo largo del tiempo se ha ido
acomodando un género como el de mayor perfil para expresar ese sentido de
arraigo natal, el pasacalle ecuatoriano.
Antes
que el nombre de pasacalle se posesionara definitivamente como un género
de música local -que creemos fue en las primeras décadas del siglo XX-, se
usaba esa designación para dos tipologías de creaciones musicales; una, como ya
lo dijimos, ligada a expresiones religioso-musicales denominada Pasacalle y
tono de oración (o, Tono de oración y pasacalle): el tono
era una pieza instrumental de melodía pentafónica, expresiva y más lenta,
emparentada con el yaraví, una expresión con herencia musical indígena;
y, una segunda sección a la que se denominaba pasacalle, con una carga
musical más bien europea. Estas piezas que al parecer datan de fines de la
Colonia e inicios de la época independentista y que bien podrían definirse como
uno de los primeros intentos de nacionalismo o indigenismo musical, dejaron de
producirse cuando concluía el primer tercio del siglo XX. Así mismo se usó el término de pasacalle
para cualquier pieza de género bailable, popular y callejero, incluso a la parte final del yaraví cuando se
transformaba en baile alegre se le denominaba pasa-calle. Su nombre mismo remarcaba que se trataba de
una pieza musical para ser bailada de manera muy movida y haciendo uso de toda
la extensión de una pista callejera: pasa-calle.
El
musicólogo cotacacheño Segundo Luis
Moreno (1882- 1972) se inclina a creer que el pasacalle ecuatoriano
surge de la mixtura de un género foráneo y uno local: el pasodoble español
y el sanjuanito indígena, fusión de dos géneros binarios lograda por los
mestizos. Para nosotros, esa fusión no
solo se dio por razones musicales sino sociales, pues creemos que así como
había un sector afín al españolismo, existía un sector que buscaba la despañolización cultural[1],
finalmente una lucha de resistencia
identitaria. Los sectores afines al españolismo seguirían haciendo pasodobles
o pasacalles de estilo español, pero los sectores populares por su parte
mixtificaron al pasacalle con fórmulas melódicas y armónicas de la
música local, procurando despañolizar al género y fijando su temática en
personajes populares, cholos y chullas, costumbres y en sus
propios espacios de vida.
Marbete de un disco de pizarra: Salcedo tierra de mis amores. |
Hasta
mediados del siglo XX, las temáticas del género estaban delimitadas, lo cual
ahora nos permite crear categorías y hacer un cuadro clasificatorio, al que, ciertamente, se
podrían hacer ajustes conforme se realicen investigaciones
más amplias sobre el asunto, pero al momento sirve para consignar las siguientes variantes:
1. Pasacalle-dedicatoria:
ofrenda a personas, personajes, organizaciones, fechas, onomásticos y situaciones
“típicas”: Angelita / Ángel Regalado; Santa Juana Huayamave /
Francisco Paredes Herrera; El chulla quiteño / Alfredo Carpio; El
chulla riobambeño / Gerardo Arias; El paisano / Renán Salazar; La
chola cuencana / Rafael Carpio; Cholo porteño / Armando Pantza
Aráuz; El manabita / Omar Reyes Sánchez; La tuna quiteña / Leonardo
Páez, Inocentes / Guillermo Garzón; La minga quiteña / Segundo
Bautista, El 25 de junio / Federico M. Borja; Club Deportivo Cultural
Flecha de Oro / Mesías Carrera; Viva el santo / Abilio Bermúdez;
etc. Este pasacalle está muy relacionado con el pasacalle de lugar,
principalmente cuando se narra a los personajes típicos, que se los vincula al
contexto de lugar.
2. El
pasacalle de lugar, dedicado a localidades, ciudades, barrios, ríos,
montes, espacios: Lindo Quito de mi vida / Custodio Sánchez; Chimbacalle
/ Rodrigo Barreno; Salcedo tierra de amores / Gonzalo Castro; Reina y
señora / Leonardo Páez; Ambato, tierra de flores / Carlos Rubira; Esmeraldas / Carlos Rubira; Pelileo inmortal / Carlos Rubira; Lindo Milagro / Carlos Rubira; Baños, tierra mía / Julio Cañar; Mi
Guayaquil / Carlos Solís; Así es
Manabí / Julio C. Villafuerte; Playita mía / Carlos Rubira; Rinconcito
ecuatoriano / Nicolás Fiallos; Río
Guayas / Gerardo Arias; Portoviejo / Constantino Mendoza; El Panecillo / Leonardo Páez, etc.
3. Pasacalles
de amor: Ojos / Gonzalo Moncayo;
Promesas / César Baquero; Sed de amor / anónimo; Madre
querida / Carlos Silva; Por el camino / Guillermo Vásquez; Corazón
amante / Pedro A. Proaño; Para tu amor / Marco T. Hidrobo, etc.
4. Pasacalles
toreros: Toros de mi pueblo / Leonardo Páez; Los toros de Quito
/ Carlos Bonilla Chávez. No existen muchos ejemplos de este tipo de pasacalle,
pues, al parecer se prefirió seguir usando el pasodoble para estos
fines, seguramente por el vínculo español que tenía la llamada “Fiesta Brava”.
5. Varios.
Siempre se presentan piezas fuera de los parámetros comunes de un género, por
lo que hay que abrir una sección de Pasacalles varios. Así por ejemplo Magdalena
en el desierto, pasacalle de temática religiosa de Luis A. Proaño; o el
pasacalle de oficios, Costurerita de Aureliano Márquez; El platillo
volador de César Baquero.
Ejemplos de Pasacalles-dedicatoria a personajes populares
En el
siglo XIX eran los pasodobles los que servían para hacer homenajes
individuales, algunos tenían nombres de personas en sus títulos o traían
dedicatorias para ellas, de ahí la posible fuente heredada por el pasacalle con dedicatorias personales de
la que nació el pasacalle dedicatoria como ofrenda a personas, personajes y onomásticos.
a. Soy del pueblo
Pasacalle
ecuatoriano
Letra: Abel
Romeo Castillo
Música
Francisco Paredes Herrera
Dúo Fiallos
–Villafuerte
Disco Cóndor
N° 4002
Yo soy
legal, soy del pueblo y soy costeño
el que me
rompo sudando de verdad
y que
trabajo con tal de ser el dueño
dueño del sábado
inglés[2] porque es mi sueño
libar “corrientes”
que dan felicidad.
A mí me gusta vestir de blanco
con los zapatos relucientes
como el mismo sol;
ir perfumado y bien peinado
con la puntita del pañuelo
en gran exhibición.
Guayaquileño
cholo porteño
tengo el orgullo de haber nacido
y ser de aquí.
Quiero a mi madre
quiero a mi negra
y más que nadie
yo idolatro a Guayaquil.
Quién no te mira mi linda costeñita
Con loco anhelo, deseo y frenesí
Quién no te engulle así bien despachadita
Metida en carnes, bien firme y bien
guapita
Quien no se quema si hay tanto fuego
en ti.
Fuente: El mosquito, N° 10, t.
26. Guayaquil, Rafael Cucalón, Editor, 1950. p. 8. Compilación y transcripción:
Fidel Pablo Guerrero.
Con letra modificada, encontramos el pasacalle del mismo autor literario pero
con el título Cholo porteño:
b.
Cholo porteño
Pasacalle
ecuatoriano
Letra: Abel
Romeo Castillo
Música: Armando
Pantza Aráuz (Guayaquil, 1919-)
A mí me gusta vestir de blanco
con los zapatos relucientes como el
sol
Ir bien plantado y endomingado
de guayabera con su pinta de algodón.
Guayaquileño cholo porteño
tengo el orgullo de mi suelo y su
región
Quiero a mi madre tengo a mi negra
y sé fajarme como todo buen varón .
Yo soy del pueblo, legal
guayaquileño,
el que se rompe sudando de verdad
todos los días con tal de ser el
dueño
de los domingos, soleados y risueños,
en que las chicas salen al boulevar.
Nueve de Octubre calle famosa
pista en que brilla la porteña de verdad
El Centenario plaza solemne
con sus columnas que veneran los de
acá
y la Rotonda con su Emiciclo
abrazo en bronce de gloriosa
heroicidad
frente a la Ría blanca de luna
luce de mármol Malecón de mi ciudad.
Yo soy del pueblo, legal
guayaquileño,
el que se rompe sudando de verdad
todos los días con tal de ser el
dueño
de los domingos, soleados y risueños,
en que las chicas salen al boulevar.
Fuente: Cholo Porteño /
Armando Pantza Aráuz [partitura impresa]. Guayaquil, s. f.
c. Santa Juana Huayamave
Pasacalle
ecuatoriano
Letra:
Remigio Romero Cordero
Música:
Francisco Paredes H.
Santa Juana Huayamave
Puede ser santa muy vieja;
Pero es la mejor matona
Que hay en la Quinta Pareja.
Caramba! La cosa es buena!
Al matón la bedendurria
Es como picante a chicha
Y clavija a la bandurria.
Una joven lavandera
Dejó caer su jabón
Y con él, en esta noche
Me lavaré el corazón.
Corazón que se ha lavado
Puede inspirar un querer
Porque en viendo ropa limpia
Tiene gusto la mujer.
Caramba! El asunto es serio!
Encaja al matón la farra
Como el corcho a la botella
Y la cuerda a la guitarra.
Las malas lenguas lo dicen
Que toda gente ratera
Es el neto producto
De paco[3] y de cocinera;
Y añaden lenguas peores
Que el más matón y bellaco,
A la inversa, es el producto,
De cocinera y de paco.
Mentira, pura mentira,
Que la desdice cualquiera;
Pueden nacer presidentes
De paco y de concinera.
Mentita, digo mentira,
Pues de mi experiencia saco
Que pueden nacer ministros
De cocinera y de paco!
Bien puede nacer cualquiera
Ministro, rey o bellaco
De paco y de cocinera,
De cocinera y de paco.
Fuente: El mosquito, N° 1, t.
14. Guayaquil, Rafael Cucalón, Editor, 1937. p. 8. “Grabado por El dúo
‘Ecuador’ Ibáñez-Safadi en la Estación de El Prado de Riobamba, y que llegará
en disco RCA Victor”. Compilación y transcripción: Fidel Pablo Guerrero.
d. El chullita
quiteño
Pasacalle
Alfredo Carpio
Flores
(Quito, 1909-1956)
Yo soy el Chullita quiteño
la vida me paso encantado,
para mí todo es un sueño,
bajo este mi cielo amado.
Las lindas chiquillas
quiteñas
son dueñas de mi corazón,
no hay mujeres en el mundo
como las de mi canción.
La Loma Grande y La
Guaragua,
son todos barrios tan
queridos
de mi gran ciudad.
El Panecillo, La Plaza
Grande
ponen el sello
inconfundible
de su majestad.
Chulla quiteño, tú eres el
dueño
de este precioso
patrimonio nacional.
Chulla quiteño, tú
constituyes
también
la joya de este Quito colonial.
e. Chola cuencana
Pasacalle ecuatoriano
ca. 1948
Música: Rafael Carpio Abad (Cuenca,
1905- 2004)
Texto: Ricardo Darquea
I. / Chola cuencana mi chola
capullito de amancay / (bis)
/en ti cantan, en ti ríen
las aguas del Yanuncay. / (bis)
II: / Eres España que vive
en Cuenca del Ecuador, / (bis)
/ con reír de castañuelas
y llanto de rondador. / (bis)
Ejemplos
de Pasacalle de lugar:
El
pasacalle de lugar o localidad, por su parte tiene piezas a barrios,
parroquias, provincias y al país. Este pasacalle resulta ser como una
descripción épica y costumbrista de las bondades de las gentes y el paisaje de
un determinado lugar; quizá se pueda decir que viene a ser una especie de
propaganda musical turística.
a. Reina y señora
Pasacalle
Leonardo
Páez
I: Tierra preciosa la de Imbabura
la más hermosa del Ecuador
/Ojos de cielo son sus lagunas
y en sus orillas busqué mi amor./
(bis)
II: En un paisaje de totorales
la linda imbaya me cautivó
y desde entonces dichosa mi alma
en sus encantos presa quedó.
III: Por todas partes voy con mi
longa
reina y señora de la región
y a esta mi tierra la de Imbabura
le ofrezco entera mi corazón.
IV: Por los caminos del Imbabura,
por nuestra Ibarra, por Chorlaví
por Cotacachi, por Atuntaqui
por Otavalo, por Pinsaquí.
V: Por todas partes voy con mi longa
reina y señora de la región
y a esta mi tierra la de Imbabura
le ofrezco entero mi corazón.
Bis: V.
Fuente: Páez, Leonardo. Reina y
señora (pasacalle) / Hnos. Valencia y la Orquesta de Luis Aníbal Granja.
b. Machachi
Pasacalle
ecuatoriano
Néstor Cueva
Si algo bello hay en la tierra
en mis sueños y quereres:
de la Costa hasta la Sierra
es Machachi y sus vergeles.
Son tus campos otoñales,
con su linfa cristalina
do se canta madrigales
a tu tierra esmeraldina.
Porque es tierra tan hermosa
toda música y canciones,
deI Ecuador es una diosa
de guirnaldas e ilusiones
Es Machachi con sus hombres
valles, ríos y collado
dulce nombre entre los nombres
suelo mágico y sagrado.
Tierra llena de dulzura
con sus rosas y jazmines;
es la fuente de hermosura
la mujer de tus jardines.
Y a Machachi canto alegre
con el alma y corazón;
el poema melodioso
de mi dulce inspiración.
Fuente: Machachi (pasacalle)
[partitura ms.] / Néstor Cueva. [s.l., s. f.].
Ejemplos
de Pasacalle de amor:
Una
muestra del pasacalle de amor, por su parte nos lo da el compositor
zarumeño Antonio “Chazo” Jara (1922-1976), creador de Cariño eterno, así
como también de otros pasacalles entre los que destaca Zaruma, oro y
sol.
a. Cariño eterno
Pasacalle
ecuatoriano
Antonio Jara
Te quiero como no puedo querer
a nadie más en este mundo
me muero por esos besos que ayer
sellaron nuestro amor profundo.
Así nació tu amor para mi corazón,
así nació la luz de tu querer;
ahora soy feliz, eres mi adoración,
consuelo y dicha para mi sufrir.
Todo muere en la vida,
solo queda el dolor;
todo es una mentira,
llena de sinsabor.
Pero tú estarás una eternidad
dentro de mi cariño;
no te apartarás de mi corazón
ni por fuerza del destino.
Aunque Dios nos separe
con la muerte fatal,
seguirán nuestras almas
estrechándose más.
Fuente: Cariño eterno / José
Antonio Jara [disco de 45 rpm]. Fenix 45-68070. IF-45-164 Lado B. Conjunto
Fénix. Cantan: Argentina Yánez y José A. Jara. Puede consultarse en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=THNBit0IeCM
b. Promesas
Pasacalle ecuatoriano
César Baqueo Moncayo
(Quito, 1916-1953)
Con los latidos del corazón
se confundió mi voz,
para decirte con ilusión
esta canción de amor.
Tras la montaña hueca y sin eco
de ésta, mi soledad,
/ que me consume
cuando no está
mi sino en tu querer./ (/bis/)
Si te apresuras más
a complacer mi amor,
no te arrepentirás
de este cariño en flor,
que te daría con alma y vida
toda felicidad;
sin más querellas, ni recompensas
que tu fidelidad.
Ejemplo
de Pasacalle torero
Del pasodoble
torero surgió el pasacalle torero, el mismo que ha dejado de
producirse desde hace tiempo ya, más aún ahora que se ha prohibido las fiestas
de toros en ciertos lugares del país.
Toros de
mi pueblo
Pasacalle
ecuatoriano
Música y
texto: Leonardo Páez
A
los toros de mi tierra
Este domingo me voy
Para ver si uno me entierra
porque despechado estoy.
Con mi poncho colorado
buenos lances les daré
y a mi negra en el tablado
asustada la veré
Chumadito uno es valiente
para dejarse coger.
Al toro me iré de frente,
¡Qué caramba!, de una vez.
Y si la suerte me ayuda
una colcha he de ganar
para darle a mi trompuda
y ponernos a bailar.
Fuente: Toros de mi pueblo
(pasacalle) / Leonardo Páez [grabación discográfica 45 rpm.] . Dúo Benítez
Valencia. Disco Granja. 45-64054-A.
Todas
las tipologías de pasacalles se escriben en compás de 2/4 y tienen un tempo
movido, allegro, para cumplir con
la finalidad ser piezas bailables. Su ritmo de acompañamiento está constituido
por corcheas: bajo principal y acorde- bajo secundario y acorde.
Este
ritmo de base se repite a lo largo de
toda la pieza, rellenándose los fines de frase con un bajo melódico en forma
ascendente o descendente.
Su
metro binario le permitía amalgamarse algunas veces con el corrido o con
el one step, éste último era una
versión norteamericana del pasacalle (y el two step, del pasodoble).
Esto lo podemos confirmar al escuchar el pasacalle Costeño ciento por ciento
de Francisco Paredes Herrera, así como en la introducción de Cholo cuencano de
Francisco Torres, veremos que tiene más sabor de one step; igual cosa
sucede con los “nuevos pasacalles” del compositor nacionalista Luis Humberto
Salgado (1903-1977) El estudiante provinciano o Quiteño de Quito.
En
relación a su estructura, ésta suele estar conformada generalmente por una
introducción que sirve como interludio instrumental entre las partes; luego la
primera parte en tonalidad menor e interludio instrumental que se intercala
para separar la segunda parte que, en contraste, suele estar en tonalidad mayor.
Los pasacalles
populares pueden acompañarse armónicamente con unos pocos acordes, a veces les
basta cuatro; sin embargo hallaremos algunos que a modo de ensayo pueden tener
más de una docena de ellos, éstos últimos realizados por músicos que tuvieron una
formación escolástica, por eso piezas de los académicos Luis H. Salgado, Néstor
Cueva o Corsino Durán tendrán aquella característica; los nombres de estos
compositores a su vez nos muestran la preocupación de los nacionalistas
musicales en este género popular por su vinculación al terruño.
Otra
diferencia con el pasodoble, es que el pasacalle no puede evitar
dejar de tener letra (o texto, o poesía); mientras hay muchos pasodobles
solo instrumentales. El pasacalle por su parte es un género para ser cantando;
incluso cuando se lo baila al son de bandas populares, sin canto, las personas
siguen su texto en la memoria. Ese vínculo ineludible con lo textual es el que
ha dado a los pasacalles de lugar la categoría de ser designados popularmente como los “Segundos Himnos”.
Quizá
uno de los creadores que más pasacalles ha producido es el compositor
guayaquileño Carlos Rubira Infante, quien nos aseveró en una entrevista que ha
compuesto en este género para todas las poblaciones del país; le siguen Francisco
Paredes, Custodio Sánchez y Antonio Jara. Sin embargo es al compositor César
Baquero (Quito, 1916-1953) a quien se nominó como el “Rey del Pasacalle”,
debido –suponemos- a la empatía y popularidad que alcanzaron algunas de sus
obras, como Romántico Quito mío, Maravillas quiteñas y Promesas.
El pasacalle
tiene una gran significación para el ecuatoriano, pues lo ha convertido en un
cariñoso himno popular dedicado al terruño y a su gente con el que aún festeja el
pueblo al son de bandas y guitarras.
Bibliografía:
Guerrero, Pablo. Enciclopedia de
la música ecuatoriana. Quito, 2002.
Núñez, Jorge. El pasacalle: himno
de la Patria Chica. Quito, SINAB, 1998.
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1978/02/11/058.html
http://www.tulcanonline.com/index.php/carchi-opina/456-historia-del-pasacalle-soy-del-carchi.html
http://www.inpc.gob.ec/patrimoniosonoro/recursos/Capishcac/capishcac.html
Aceptamos una donación de 15 dólares por el envío del tomo 6 del Cancionero Ecuador a su correo.
[1] También se puede hablar de la des-europeización del vals y del pasillo de salón que dieron como resultado el surgimiento de géneros locales “propios”, pero así como el pueblo buscaba la des-europeización, otros sectores buscaban lo contrario, de esa pugna emergería el sanjuán de blancos o el pasillo de salón que buscaba “vestirse de frac” para ser identificado como signo civilizatorio y alcanzar el reconocimiento de sus propios dominadores.
[2] Llamaban sábado inglés, cuando se trabajaba solo hasta el medio día del sábado.
[3] Paco= policía.
Hola Pablo mucho gusto, quisiera ponerme en contacto con usted via email, estoy realizando una maestria en España y quiero hacerle varias preguntas, muchas gracias. saludos
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ResponderEliminardesearia muy gneiklmente se me indique en 100.000 dolares copmo le pago cual es el interes yen que tiempo
ResponderEliminarbuenos días estimado Fidel, como puedo hacer para adquirir los otros libros de partituras de Cancionero del Ecuador. tengo los dos primeros y veo que van en el sexto.
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