"Hola mi nombre es Víctor les escribo desde New York, tengo veinte y tres años y soy fanático de la música ecuatoriana, recientemente encontré su pagina en el internet y les felicito por crear aquella pagina ya que es una buena vía para mantener nuestra música viva. El motivo por el cual les escribo no es solamente para felicitarlos sino también para pedirles un favor, que si podrían publicar la partitura de la canción titulada La Bocina. Bueno espero me sepan ayudar y si no pues de igual manera les agradezco infinitamente.
"Respetuosamente:
"Víctor Lazo"****
La bocina (nombre que vino de España) es un instrumento musical, fabricado y usado por los indígenas de la sierra andina en Ecuador. Con él, muchas veces, se da aviso para la congregación de la comunidad, sirve para dar señales de peligro y la usaban los vaqueros indios en el arreo del ganado. Es un instrumento de viento que se fabrica de diversos materiales y formas. Hay bocinas hechas de caña guadúa y en uno de sus extremos se acopla un semicírculo de cachos de toros que se unen gradualmente hasta terminar con una embocadura tallada en su punta. Es un instrumento que requiere de gran vigor para ser ejecutado.
Incluyo unas fotos de referencia para tener una idea de la forma de una bocina, que fue hecha de caña y que le fue regalada a un hermano mío por un indígena músico del Cañar que la había heredado de su padre y éste a su vez de su padre. El nombre que le daba al instrumento era Erque (nombre quechua para señalar un tipo de trompeta de los Incas).
Incluyo unas fotos de referencia para tener una idea de la forma de una bocina, que fue hecha de caña y que le fue regalada a un hermano mío por un indígena músico del Cañar que la había heredado de su padre y éste a su vez de su padre. El nombre que le daba al instrumento era Erque (nombre quechua para señalar un tipo de trompeta de los Incas).

El bocinero. Grafico de Joaquín Pinto. Quito, 1899.
Una bucina turu, hecha de caña guadúa y partes de cuerno de res, del Cañar.
La bocina también es el título que se ha dado a una melodía -que dicho de paso la hemos escuchado tocada por bocineros de Cañar (población del centro del país)- que llegaría a ser adaptada por el compositor Rudescindo Ingavélez como fox incaico a fines de los años 20’s. Fue inicialmente una pieza instrumental, a la que después se le adaptó una letra, o mejor dicho varias letras. Conocemos tres versiones del texto. El más popular es aquel que dice:
Vivir en el campo,
en el campo triste…
Este texto es una especie de addenda, que no sé por quién fue musicalizado (tiene alguna remisnicencia cercana a la melodía principal) pues en las grabaciones originales hechas en discos de pizarra hacia los años 30’s no consta; al parecer se le aumentó posteriormente a la melodía original.
En cuanto al fox incaico podemos decir que es un género que surgió en las primeras décadas del siglo XX al influjo de dos vertientes: el fox trot (trote del zorro), baile norteamericano (una especie de jazz primitivo) y la combinación con melodías construidas dentro de la pentafonía andina, lo cual dio como resultado una especie de sanjuanito con un diferente acompañamiento rítmico. El fox incaico existe en Perú y en Ecuador. En nuestro país varios compositores crearon dentro de este género (me parece que fue uno de los primeros ritmos que usaron los nacionalistas para sus fusiones). Sixto María Durán creó varios fox incaicos, entre ellos Ñuca llacta y Quitus, así también los hizo Francisco Paredes Herrera: Inti Raymi, Raza vencida, entre otros; existía la costumbre de ponerles títulos y temáticas de raigambre indígena. Fox incaicos de gran divulgación, además de La Bocina, son: La canción de los Andes de Constantino Mendoza y Collar de lágrimas de Segundo Bautista.
El fox ciertamente era una baile popular que llegó desde norteamérica como el baile juvenil y de moda y gustó de tal manera, que los músicos de estas tierras lo fueron convirtiendo en otro género que pasó a ser parte del prontuario musical “nacional”. Segundo Luis Moreno, un gran musicólogo ecuatoriano opinaba en 1930 que éste género no era apropiado ni siquiera en su nombre, pues los Incas, decía Moreno, jamás habían bailado fox.


