miércoles, 30 de septiembre de 2015

Lanzamiento del libro digital El Pasillo: Historia Sonora de América.


Amigos del Blog reciban un cordial saludo

Hoy me permito efectuar el lanzamiento virtual de la investigación El pasillo: historia sonora de América, la misma que reúne importante información del pasillo en Ecuador.

Portadas de los nuevos libros.

El trabajo fue elaborado en dos formatos: Libros digitales y DVD interactivo. El primer formato está constituido por dos tomos ilustrados, en formato digital PDF. El primer tomo contiene una amplia Historia del Pasillo que espera convertirse en un escrito confiable de la memoria histórica, documental y patrimonial de las creaciones de nuestros músicos pasados, cuyas obras en la mayoría de los casos se olvidan, no se conocen, se pierden o, incluso, se marginan. Escrito en  110 páginas, ilustradas en color, cuadros explicativos, fotos del siglo XIX y XX, análisis musical, versiones sobre su origen y desarrollo, así como una bibliografía seleccionada del género.

Ejemplo de una de las páginas del estudio histórico del pasillo.

Y el segundo volumen, en formato digital PDF con 350 páginas que trae la más importante colección de partituras de pasillos del siglo XIX y siglo XX, hasta 1959. Entre las obras que se pueden consultar están: Los bandidos  de Aparicio Córdoba, Los ayes de José Ramos, El asesinato de Segundo Luis Moreno, y muchos otros de compositores como Francisco Paredes Herrera, José Ignacio Canelos, Luis H. Salgado, Abilio Bermúdez, Guillermo Garzón, Carlos Brito, etc. Entre otros títulos de pasillos están: Las amenazas de Riobamba, Mis impresiones, Soñarse pobre, mos de hablar cholito, Gemidos, Los adioses, Reír llorando,  Cálidas promesas (pequeña orquesta), Sombras, El huelguista (conjunto de cámara), Las ondinas, Honda pena, Lamparilla, Recuerdos, Miguel Espín, Solo, Hasta cuándo corazón, Danza ecuatoriana o Espérame (violín y piano) y 70 partituras más.

Ejemplo de una de las páginas de la colección de partituras.


Aceptamos una donación de 12 dólares por cada tomo o, si prefiere los dos tomos en un solo paquete, nos puede hacer una donación de 20 dólares.

Para recibir los dos tomos Ud. pude depositar su donación en nuestra cuenta (Pablo Guerrero, Banco Pichincha No. 3217152600, ahorros, C.I. 170737601-6) y una vez que nos envíe el recibo de depósito bancario recibirá  a su correo electrónico los dos libros.

Los fondos serán usados para concluir el Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana que estamos construyendo para servicio público en la población de Pomasqui.

Fachada frontal del Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana



El segundo formato es un DVD programado con varios vínculos complementarios.



a.       Historia del pasillo:  libro en página web y en formato de libro PDF, 110 páginas.
b.      Partituras: libro de partituras en PDF, 350 páginas. Colección de 84 partituras: archivos levantados en finale y PDF; audios en midi de cada una de las obras. Con un click Ud. puede acceder a la partitura o escucharla en audios midi y bajar los archivos en finale.


Además 14 audios de piezas históricas de pasillos en discos de pizarra: Primeras quejas, La igualdad, Te vas, Tú no sabes cuánto te quiero, El odio, Mucho te extraño, Palomas blancas, Alma lejana, Mis flores negras (de Francisco Paredes Herrera), El montubio, Para mí tu recuerdo, etc.
d.      Galería fotográfica con los exponentes representativos del pasillo: 45 gráficos.
e.      Cronología del pasillo

El DVD está programado de la manera interactiva de modo que  Ud. podrá escuchar grabaciones originales en audio real de disco de pizarra, registros hechos en la primera década del siglo XX, así como los audios en midi de 84 partituras de pasillos del siglo XIX y XX.

 Para recibir el DVD debe Ud. venir al pueblo de Pomasqui al Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana (AEQ), 20 minutos desde Quito: 24 de Mayo y Santa Teresa, esquina (llega al pueblo de Pomasqui, se baja en el puente peatonal, toma a mano derecha por la calle Santa Teresa y camina una cuadra) y el material se le entregará será un DVD con su respectiva caja. Su donación por el DVD será de 25 dólares, puede Ud. entregárnoslos personalmente o  depositar nuestra cuenta (Pablo Guerrero, Banco Pichincha No. 3217152600, ahorros, C.I. 170737601-6) y con la presentación  del recibo de depósito bancario recibirá  su DVD.

Los fondos serán usados para concluir la construcción del Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana para servicio público que queremos implementar en la población de Pomasqui.

Para contactos llamar al teléfono 0998218383 o escribir al correo musicadelecuador@gmail.com


Seguidamente insertamos un resumen del segundo tomo, el de partituras, para que tengan una idea de sus contenidos:


Colección de pasillos del siglo XIX hasta años 50’s:
testimonio documental del pasillo ecuatoriano


La colección de partituras que presentamos en este trabajo consta de 84 pasillos que fueron documentados por Pablo Guerrero desde el año de 1983, aproximadamente. En la actualidad son varios centenares de pasillos compilados, de los cuales he escogido  una muestra,  para que su conjunto brinde una idea de la conducta histórica del pasillo ecuatoriano y de sus creadores que actuaron entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, temporalidad en el que el pasillo ecuatoriano configuró un modelo musical reconocible y cuando el pasillo definió sus pautas  como género nacional.

Una partitura por sí misma y para quien no conoce de lectura musical, no tiene gran significación, o, en otras palabras no le dice mucho pues es un papel musical que no suena. Sin embargo este documento es un soporte de importancia que ha servido para registrar y reflejar el pensamiento de los compositores y músicos en diferentes épocas, más aún en la época republicana en que surge el pasillo y es gracias a esos registros antiguos que podemos ahora –aunque sea parcialmente- estudiar, escuchar e interpretar a este género musical de aquellos tiempos, toda vez que en esa época no existían otros medios de reproducción como las grabaciones o los audiovisuales de invención posterior. Dicho de otro modo, la música de los pasillos que en el siglo XIX llegó a ser escrita en partitura, es la música que se salvó.

Ciertamente el pasillo se transmitía en forma directa con la interpretación que hacían los músicos; algunos de esos pasillos pudieron pervivir por la tradición oral –que cada vez se torna más frágil- mientras muchos otros se diseminaban a través del registro de partituras, cuando había quien las escriba. Varias de esas partituras han sido transcritas ahora y gracias a ciertas herramientas tecnológicas podemos escucharlas sin necesidad de un intérprete (aunque cabe señalar que siempre resulta mejor escuchar la interpretación humana que el de una máquina); sin embargo para el caso, mientras esperamos la ejecución real de estas obras, es la manera más inmediata para audicionar los pasillos antiguos y tener una idea de su sonoridad.

He fotografiado muchos manuscritos e impresos en archivos y bibliotecas públicas y privadas, así como en algunas bibliotecas particulares de familiares de compositores y he procedido a transcribirlas tal cual constan en sus originales (con algunas pequeñas correcciones obligatorias). Muchas partituras son hológrafas, esto es puño y letra del compositor y otras, impresas y manuscritas que se difuminaron en diversas partes del país y que alcanzaron a sobrevivir en rincones olvidados de algún estante. Aquellas copias manuscritas, que quizá fueron hechas por algún copista, pueden ciertamente diferir –en mayor o menor grado- de los originales; los cambios que pueden sufrir algunas copias, generalmente, apuntan más bien a la facilitación del acompañamiento y en el número de voces; la línea melódica que puede estar armonizada a tres y cuatro voces suele ser resumida a dos y el acompañamiento que puede incluir líneas imitativas o juegos de bajos complementarios suelen resumirse -suponemos que buscando la facilitación de su ejecución- a un simple acompañamiento acórdico con la típica rítmica del pasillo. Excepcionalmente también se puede observar que se procuraba reducir al pasillo simplemente a dos partes y se solía  eliminar la tercera (trío) como en el caso del pasillo Odio y amor, del cual existen incluso grabaciones en las que suprimieron esa sección; ahora la podemos apreciar con la transcripción completa.

Donde sí pueden encontrarse diferencias significativas es en las grabaciones, o sea entre intérpretes y partituras, sobre todo en las más actuales; por ejemplo mientras en las partituras existe una determinada introducción y estribillos instrumentales, éstos - respecto al original - suelen ser cambiados por los guitarristas o requintistas que hacen sus propias introducciones, suponemos que para aportar con una variante respecto a otras posibles grabaciones anteriores. También se pueden encontrar cambios en algunas líneas melódicas; esto más bien está relacionado con los intérpretes- cantantes, quienes suelen modificar las  líneas, quizá por falta de recursos vocales o intencionalmente con la finalidad de asentar un estilo que resuma o facilite la comunicación entre intérprete y audiencia. En ciertos casos hemos logrado incluir el audio de discos de pizarra y partituras, lo cual nos sirve para poder confrontar las obras y hallar similitudes o mutaciones. 

Un número mínimo de pasillos son anónimos, lo que dificulta además saber su lugar de procedencia, pero hemos tratado de confrontar fuentes para que se pueda garantizar que las creaciones sean locales o que fueron creadas en el país, así su compositor sea de otras latitudes, como es el caso de los pasillos ´mos de hablar cholito e Ilusión quiteña  (1915) del italiano Sante Lo Priore.  Por otra parte de compositores como Aparicio Córdoba, Antonio Nieto, Francisco Ramos, Juan Cruz, Miguel Espinosa, Salvador Bustamante, Víctor Aurelio Paredes, Francisco Paredes, ciertamente  se puede ratificar que son creadores ecuatorianos; nos queda por dilucidar entonces si pasillos como el Aguarico, Petita Pontón, que se popularizaron en nuestro medio -y por eso constan en esta selección- serían hechos por músicos locales.

Hemos procurado insertar obras interesantes, por su temporalidad, incidencia, cualidades musicales, significación y temática, la misma que a veces se refleja simplemente en llamativos títulos, los mismos que en algunos casos, pueden dejarnos una inquietud sin resolver como el pasillo instrumental El asesinato de Segundo Luis Moreno (1882-1972); Las amenazas de Riobamba[2], Los bandidos[3], de Aparicio Córdoba u otros como El negro, Pobre mi tierra, Recuerdos de campaña, Los dos Duranes (éstos últimos  los publicaremos en otra ocasión) de los cuales quizá no podamos alcanzar a descifrar  las razones de sus epígrafes. También en este compendio podremos visualizar desde modestos pasillos de tempranas etapas creativas de compositores  como Carlos Amable Ortiz (1859-1937) o José Ramos (s. XIX), hasta los elaborados pasillos del mismo Ortiz y de algunos compositores nacionalistas que buscaban abrir nuevas rutas con resonancias modernas o vanguardistas, como el caso del pasillo hecho con un poema de Pablo Neruda: Para mi corazón de Corsino Durán (1911-1975), donde la típica rítmica de acompañamiento del pasillo admite una compleja armonización de sonoridad andina.

De los pasillos que fueron compuestos en tonalidad mayor, que son excepcionales, hemos incluido  Recuerdos, de Segundo Luis Moreno cuya característica,  nos hace dudar de si se trata realmente de un pasillo, si no fuera porque son algunos los que hizo este creador con estas peculiaridades rítmicas y armónicas. Del famoso compositor de marchas fúnebres Antonio Nieto también incluimos el pasillo Venus y del militar y político liberal, Emilio Terán, que fue asesinado en 1911, y de quien no conocíamos sus predisposiciones musicales, publicamos el pasillo Dulce emoción y, quizá más sorprendente aún, si la información contenida en la partitura manuscrita no está errada, del ponderado guitarrista azuayo “de fama mundial” Miguel “Leuco” Espinosa, un pasillo para piano titulado Yo te quiero mucho.

Si bien se han dejado de lado algunos pasillos representativos -que hay más de los que puedan caber en un libro-, y que pueden ser hallados ya impresos en otras obras, hay que señalar que varios de los aquí  presentados, son la primera vez que se pueden conocer y escuchar en nuestros días, a pesar de haber sido creados hace más de un siglo.




 [2] Después encontramos otra partitura de esta misma obra pero con otro título, que quizá nos indica cuáles son esas “amenazas”: Bellezas riobambeñas.
[3]  El escritor Alejandro Andrade Coello, señala que el pasillo Los bandidos fue creado poco después de que se diera a conocer el pasillo del colombiano Ricardo Pérez,  Los expatriados, lo cual daría cierta connotación confrontativa; sin embargo hemos podido hallar la partitura en mención y constatar que su título, en singular, es solo El expatriado.

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