Amigos del Blog reciban un
cordial saludo
Hoy me permito efectuar el
lanzamiento virtual de la investigación El pasillo: historia sonora de América, la misma que reúne
importante información del pasillo en
Ecuador.
Portadas de
los nuevos libros.
El trabajo fue
elaborado en dos formatos: Libros digitales y DVD interactivo. El primer
formato está constituido por dos tomos ilustrados, en formato digital PDF. El
primer tomo contiene una amplia Historia del Pasillo que espera convertirse en un escrito confiable de la memoria
histórica, documental y patrimonial de las creaciones de nuestros músicos
pasados, cuyas obras en la mayoría de los casos se olvidan, no se conocen, se
pierden o, incluso, se marginan. Escrito en 110 páginas, ilustradas en color, cuadros
explicativos, fotos del siglo XIX y XX, análisis musical, versiones sobre su
origen y desarrollo, así como una bibliografía seleccionada del género.
Ejemplo de una de las páginas del estudio histórico del pasillo. |
Y el segundo
volumen, en formato digital PDF con 350 páginas que trae la más importante
colección de partituras de pasillos
del siglo XIX y siglo XX, hasta 1959. Entre las obras que se pueden consultar
están: Los bandidos de Aparicio Córdoba, Los ayes de José Ramos, El
asesinato de Segundo Luis Moreno, y muchos otros de compositores como
Francisco Paredes Herrera, José Ignacio Canelos, Luis H. Salgado, Abilio
Bermúdez, Guillermo Garzón, Carlos Brito, etc. Entre otros títulos de pasillos están: Las amenazas de Riobamba, Mis impresiones, Soñarse pobre, mos de hablar
cholito, Gemidos, Los adioses, Reír llorando,
Cálidas promesas (pequeña orquesta), Sombras, El huelguista (conjunto de
cámara), Las ondinas, Honda pena, Lamparilla, Recuerdos, Miguel Espín, Solo,
Hasta cuándo corazón, Danza
ecuatoriana o Espérame (violín y
piano) y 70 partituras más.
Ejemplo de una de las páginas de la colección de partituras. |
Aceptamos una donación de 12
dólares por cada tomo o, si prefiere los dos tomos en un solo paquete, nos
puede hacer una donación de 20 dólares.
Para recibir los dos tomos Ud.
pude depositar su donación en nuestra cuenta (Pablo Guerrero, Banco Pichincha
No. 3217152600, ahorros, C.I. 170737601-6) y una vez que nos envíe el recibo de
depósito bancario recibirá a su correo
electrónico los dos libros.
Los fondos serán usados para
concluir el Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana que estamos
construyendo para servicio público en la población de Pomasqui.
Fachada frontal del Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana |
El
segundo formato es un DVD programado con varios vínculos complementarios.
a. Historia
del pasillo: libro en página web y en
formato de libro PDF, 110 páginas.
b. Partituras:
libro de partituras en PDF, 350 páginas. Colección de 84 partituras: archivos
levantados en finale y PDF; audios en midi de cada una de las obras. Con un
click Ud. puede acceder a la partitura o escucharla en audios midi y bajar los
archivos en finale.
d. Galería
fotográfica con los exponentes representativos del pasillo: 45 gráficos.
e. Cronología
del pasillo
El DVD está programado de la
manera interactiva de modo que Ud. podrá
escuchar grabaciones originales en audio real de disco de pizarra, registros
hechos en la primera década del siglo XX, así como los audios en midi de 84
partituras de pasillos del siglo XIX
y XX.
Para recibir el DVD debe Ud. venir al pueblo
de Pomasqui al Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana (AEQ), 20 minutos
desde Quito: 24 de Mayo y Santa Teresa, esquina (llega al pueblo de Pomasqui,
se baja en el puente peatonal, toma a mano derecha por la calle Santa Teresa y
camina una cuadra) y el material se le entregará será un DVD con su respectiva
caja. Su donación por el DVD será de 25 dólares, puede Ud. entregárnoslos
personalmente o depositar nuestra cuenta
(Pablo Guerrero, Banco Pichincha No. 3217152600, ahorros, C.I. 170737601-6) y
con la presentación del recibo de
depósito bancario recibirá su DVD.
Los fondos serán usados para
concluir la construcción del Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana para
servicio público que queremos implementar en la población de Pomasqui.
Para contactos llamar al teléfono 0998218383 o escribir al correo musicadelecuador@gmail.com
Para contactos llamar al teléfono 0998218383 o escribir al correo musicadelecuador@gmail.com
Seguidamente insertamos un
resumen del segundo tomo, el de partituras, para que tengan una idea de sus
contenidos:
Colección de
pasillos del siglo XIX hasta años 50’s:
testimonio
documental del pasillo ecuatoriano
La colección de partituras que presentamos en este
trabajo consta de 84 pasillos que fueron documentados por Pablo Guerrero desde el año de 1983, aproximadamente. En la actualidad son varios centenares
de pasillos compilados, de los cuales he escogido una muestra,
para que su conjunto brinde una idea de la conducta histórica del pasillo
ecuatoriano y de sus creadores que actuaron entre la segunda mitad del siglo
XIX y la primera mitad del siglo XX, temporalidad en el que el pasillo
ecuatoriano configuró un modelo musical reconocible y cuando el pasillo
definió sus pautas como género nacional.
Una partitura por sí misma y para quien no conoce de
lectura musical, no tiene gran significación, o, en otras palabras no le dice
mucho pues es un papel musical que no suena. Sin embargo este documento es un
soporte de importancia que ha servido para registrar y reflejar el pensamiento
de los compositores y músicos en diferentes épocas, más aún en la época
republicana en que surge el pasillo y es gracias a esos registros
antiguos que podemos ahora –aunque sea parcialmente- estudiar, escuchar e
interpretar a este género musical de aquellos tiempos, toda vez que en esa
época no existían otros medios de reproducción como las grabaciones o los
audiovisuales de invención posterior. Dicho de otro modo, la música de los pasillos
que en el siglo XIX llegó a ser escrita en partitura, es la música que se
salvó.
Ciertamente el pasillo se transmitía en forma
directa con la interpretación que hacían los músicos; algunos de esos pasillos
pudieron pervivir por la tradición oral –que cada vez se torna más frágil-
mientras muchos otros se diseminaban a través del registro de partituras,
cuando había quien las escriba. Varias de esas partituras han sido transcritas
ahora y gracias a ciertas herramientas tecnológicas podemos escucharlas sin
necesidad de un intérprete (aunque cabe señalar que siempre resulta mejor
escuchar la interpretación humana que el de una máquina); sin embargo para el
caso, mientras esperamos la ejecución real de estas obras, es la manera más
inmediata para audicionar los pasillos antiguos y tener una idea de su
sonoridad.
He fotografiado muchos manuscritos e impresos en
archivos y bibliotecas públicas y privadas, así como en algunas bibliotecas
particulares de familiares de compositores y he procedido a transcribirlas tal
cual constan en sus originales (con algunas pequeñas correcciones
obligatorias). Muchas partituras son hológrafas, esto es puño y letra del
compositor y otras, impresas y manuscritas que se difuminaron en diversas
partes del país y que alcanzaron a sobrevivir en rincones olvidados de algún
estante. Aquellas copias manuscritas, que quizá fueron hechas por algún
copista, pueden ciertamente diferir –en mayor o menor grado- de los originales;
los cambios que pueden sufrir algunas copias, generalmente, apuntan más bien a
la facilitación del acompañamiento y en el número de voces; la línea melódica
que puede estar armonizada a tres y cuatro voces suele ser resumida a dos y el
acompañamiento que puede incluir líneas imitativas o juegos de bajos
complementarios suelen resumirse -suponemos que buscando la facilitación de su
ejecución- a un simple acompañamiento acórdico con la típica rítmica del pasillo.
Excepcionalmente también se puede observar que se procuraba reducir al pasillo
simplemente a dos partes y se solía
eliminar la tercera (trío) como en el caso del pasillo Odio y
amor, del cual existen incluso grabaciones en las que suprimieron esa
sección; ahora la podemos apreciar con la transcripción completa.
Donde sí pueden encontrarse diferencias
significativas es en las grabaciones, o sea entre intérpretes y partituras,
sobre todo en las más actuales; por ejemplo mientras en las partituras existe
una determinada introducción y estribillos instrumentales, éstos - respecto al
original - suelen ser cambiados por los guitarristas o requintistas que hacen
sus propias introducciones, suponemos que para aportar con una variante
respecto a otras posibles grabaciones anteriores. También se pueden encontrar
cambios en algunas líneas melódicas; esto más bien está relacionado con los
intérpretes- cantantes, quienes suelen modificar las líneas, quizá por falta de recursos vocales o
intencionalmente con la finalidad de asentar un estilo que resuma o facilite la
comunicación entre intérprete y audiencia. En ciertos casos hemos logrado incluir
el audio de discos de pizarra y partituras, lo cual nos sirve para poder
confrontar las obras y hallar similitudes o mutaciones.
Un número mínimo de pasillos son anónimos, lo
que dificulta además saber su lugar de procedencia, pero hemos tratado de
confrontar fuentes para que se pueda garantizar que las creaciones sean locales
o que fueron creadas en el país, así su compositor sea de otras latitudes, como
es el caso de los pasillos ´mos de hablar cholito e Ilusión
quiteña (1915) del italiano Sante Lo
Priore. Por otra parte de compositores
como Aparicio Córdoba, Antonio Nieto, Francisco Ramos, Juan Cruz, Miguel
Espinosa, Salvador Bustamante, Víctor Aurelio Paredes, Francisco Paredes,
ciertamente se puede ratificar que son
creadores ecuatorianos; nos queda por dilucidar entonces si pasillos
como el Aguarico, Petita Pontón, que se popularizaron en nuestro
medio -y por eso constan en esta selección- serían hechos por músicos locales.
Hemos procurado insertar obras interesantes, por su
temporalidad, incidencia, cualidades musicales, significación y temática, la
misma que a veces se refleja simplemente en llamativos títulos, los mismos que
en algunos casos, pueden dejarnos una inquietud sin resolver como el pasillo
instrumental El asesinato de Segundo Luis Moreno (1882-1972); Las
amenazas de Riobamba[2],
Los bandidos[3],
de Aparicio Córdoba u otros como El negro, Pobre mi tierra, Recuerdos de
campaña, Los dos Duranes (éstos últimos
los publicaremos en otra ocasión) de los cuales quizá no podamos
alcanzar a descifrar las razones de sus
epígrafes. También en este compendio podremos visualizar desde modestos pasillos
de tempranas etapas creativas de compositores
como Carlos Amable Ortiz (1859-1937) o José Ramos (s. XIX), hasta los
elaborados pasillos del mismo Ortiz y de algunos compositores nacionalistas
que buscaban abrir nuevas rutas con resonancias modernas o vanguardistas, como
el caso del pasillo hecho con un
poema de Pablo Neruda: Para mi corazón de Corsino Durán (1911-1975),
donde la típica rítmica de acompañamiento del pasillo admite una
compleja armonización de sonoridad andina.
De los pasillos que fueron compuestos en
tonalidad mayor, que son excepcionales, hemos incluido Recuerdos, de Segundo Luis Moreno cuya
característica, nos hace dudar de si se
trata realmente de un pasillo, si no fuera porque son algunos los que
hizo este creador con estas peculiaridades rítmicas y armónicas. Del famoso
compositor de marchas fúnebres Antonio Nieto también incluimos el
pasillo Venus y del militar y político liberal, Emilio Terán, que fue
asesinado en 1911, y de quien no conocíamos sus predisposiciones musicales,
publicamos el pasillo Dulce emoción y, quizá más sorprendente aún, si la
información contenida en la partitura manuscrita no está errada, del ponderado
guitarrista azuayo “de fama mundial” Miguel “Leuco” Espinosa, un pasillo
para piano titulado Yo te quiero mucho.
Si bien se han dejado de lado algunos pasillos
representativos -que hay más de los que puedan caber en un libro-, y que pueden
ser hallados ya impresos en otras obras, hay que señalar que varios de los
aquí presentados, son la primera vez que
se pueden conocer y escuchar en nuestros días, a pesar de haber sido creados
hace más de un siglo.
[2] Después encontramos otra partitura de esta
misma obra pero con otro título, que quizá nos indica cuáles son esas
“amenazas”: Bellezas riobambeñas.
[3] El escritor Alejandro Andrade Coello,
señala que el pasillo Los bandidos fue creado poco después de que se
diera a conocer el pasillo del colombiano Ricardo Pérez, Los expatriados, lo cual daría cierta
connotación confrontativa; sin embargo hemos podido hallar la partitura en
mención y constatar que su título, en singular, es solo El expatriado.
¿Qué es el archivo equinoccial?
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