miércoles, 6 de octubre de 2010

Indignados tus hijos del yugo…: Himno Nacional del Ecuador (I)


Gabriel Espinosa, un ecuatoriano radicado en Venezuela, nos agradece el haber colocado un documento histórico del Himno de Venezuela, pero sugiere que demos también a conocer el Himno Nacional del Ecuador. Lo hacemos con algunas informaciones nuevas. Hay que señalar que uno de los trabajos más importantes sobre el asunto, desde la panorámica textual, un buen estudio histórico de la letra del Himno, fue publicado por el jesuita Aurelio Espinosa Pólit (Quito, 1894-1961): Reseña histórica del Himno Nacional Ecuatoriano, 1948. Hace falta entonces un estudio sobre la parte musical, el mismo que deberá hacerse con tiempo y respaldo de recursos necesarios (o sea, que si es por los organismos correspondientes, quedará para eternas memorias). Aquí presentamos un pequeño adelanto.

Indignados tus hijos del yugo…: Himno Nacional del Ecuador
I parte


Fidel Pablo Guerrero Gutiérrez


Portada de la edición hecha en Lima
BEAEP


Este tema es un tanto complejo, extenso y con varias apreciaciones históricas diferentes; por eso para no confundirnos, vamos a procurar tratarlo en resúmenes sencillos, organizándolos del siguiente modo:

A. Capítulo “Oficial” sobre la historia y autores del
Himno Nacional del Ecuador, con materiales ya existentes y con algunos aportes nuestros. Aquí podrán encontrarse resúmenes sobre la historia del Himno, biografías de sus autores, texto del Himno Nacional y la partitura actual.

B. Capítulo “no oficial” del
Himno. Un seguimiento a la música de Juan José Allende propuesta anterior al Himno Nacional actual. Incluye su partitura (documento manuscrito), transcripción y grabaciones caseras de esta obra.

Agradecemos las contribuciones de varias personas a este corto trabajo documental, que brindaron su aporte de distintas maneras: a César Santos, quien nos ayudó con la interpretación de los Himnos anteriores, grabaciones que por cierto las hicimos caseramente; a Alfonso Campos, quien a nuestro pedido hizo las foto del
Himno Nacional que permanece en la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit; a Wilman Ordóñez en Guayaquil por las fotos del Himno Nacional que reposa en la Biblioteca Municipal Carlos Rolando (que están en mejores condiciones que las que nosotros tomamos hace más de una década en ese mismo lugar).



PRIMERA PARTE:
A. CAPÍTULO “OFICIAL” SOBRE LA HISTORIA Y AUTORES DEL HIMNO.

1. Resumen biográfico de los autores

Juan León Mera Martínez

Atocha (Ambato, Tungurahua), 28 junio, 1832- Atocha, 13 diciembre, 1894. Escritor.


Juan León Mera
Compilación y digitalización Fidel Guerrero Gutiérrez

Ocupó varios cargos públicos y políticos. Eminente escritor e investigador, considerado como un precursor dentro del folklore americano. En su obra Cantares del pueblo ecuatoriano, editado en 1892, recoge una serie de textos y coplas de carácter popular: Sentencias, sátiras, burlas, etc. Buscaba crear un lenguaje literario local, una mixtura de romanticismo e indianismo, de ahí que algunas de sus obras contengan una gran cantidad de localismos lingüísticos y palabras de la historia quichua. A fines de 1865 compuso los versos del Himno Nacional del Ecuador, que fueron musicalizados por Antonio Neumane, un músico corso que se había radicado en el país.

Juan León Mera
Compilación y digitalización Fidel Guerrero Gutiérrez

A su pluma también se deben la novela Cumandá, la misma que ha sido objeto de varias representaciones y musicalizaciones; Ojeada histórica sobre la poesía ecuatoriana. Desde su época más remota hasta nuestros días (Quito, 1868); Estudio sobre los cantares del pueblo ecuatoriano. [Quito], 1886; Cantares del pueblo ecuatoriano. Quito, 1892; “Concepto de las artes”. Quito, 1894, entre varias otras. De tendencia política conservadora y sin embargo el texto del Himno denota a un hombre anticolonialista que propugnaba la emancipación de los yugos “metropolitanos”.

Antonio Neumane Marno.
Córcega, 13 junio, 1818- Quito, 3 marzo, 1871. Director de orquesta, banda y pianista.


Antonio Neumane, foto s. XIX
Compilación y digitalización Fidel Guerrero Gutiérrez


Estudió en el Conservatorio de Milán, donde obtuvo el título de profesor de música. A mediados del siglo pasado se dirigió a Chile y actuó como maestro de coros en el teatro de Santiago; también emprendió una gira por el Perú con una Compañía Lírica encabezada por Pablo Ferreti. En septiembre de 1842, llegó Neumane y la Compañía Lírica de Ferreti a Guayaquil, en donde ofrecieron varios conciertos. Neumane decidió quedarse en Guayaquil y el gobierno le nombró director de una de las bandas de música del Ejército.

Portada partitura en sib mayor
Compilación y digitalización Fidel Guerrero Gutiérrez

Neumane es el compositor del Himno Nacional del Ecuador, música que creó en 1869. Seguidamente Neumane vino a Quito y el 10 de Agosto de 1870, en la Plaza de la Independencia de Quito con la Banda de músicos del Batallón No. 2 y el coro de la Compañía Lírica de Pablo Ferreti, bajo la dirección de Neumane, se estrenó el Himno Nacional. En los primeros meses de 1870 el Presidente Gabriel García Moreno lo contrató, con un sueldo de 4000 pesos, para que organice el primer Conservatorio en Quito, del cual fue su director hasta 1871, fecha en que murió en esta ciudad. En Chile, donde se radicó un tiempo, se publicó en el Semanario musical (1852) una composición suya, la polka Alaide. El cronista Modesto Chávez señala que “Cajones llenos de piezas musicales de propia composición y otras de los mejores maestros y autores notables, conseguidas originales por el Sr. Neumane por sus relaciones personales o artísticas, se quemaron en casa de la familia Maruri en el incendio de 1902 ". Neumane fue integrante de una logia masónica.

2. Letra del Himno Nacional del Ecuador (facsimilar)

(Dar click en los gráficos para ver e imprimir en grande)



3. Letra del Himno Nacional del Ecuador (transcripción)

Himno Nacional del Ecuador
1865
Autor texto: Juan León Mera
Compositor: Antonio Neumane
Transcripción hecha en base al facsimilar que hemos colocado en el acápite anterior y al manuscrito que puede consultarse en: http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/juanleonmera/pcuartonivel.jsp?conten=imagenes&pagina=imagenes4.jsp&fqstr=1&qPagina=0&qImagen=0


Coro
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.

I
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.

II
Los primeros los hijos del suelo
que soberbio el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo
vio en tu torno a millares surgir.

III
De esos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra;
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.

IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, !Oh Patria!, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio el heroísmo feliz:
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.

V
Nadie ¡oh Patria! lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.

VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡Gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra, el tirano
huelle solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.

Foto PGG. 2010

4. Audio de la música oficial del Himno Nacional del Ecuador





5. Resumen histórico del Himno Nacional del Ecuador
En época republicana empieza la historia del Himno Nacional del Ecuador; hay quien dijo con mucha razón que los himnos nacionales de América son hijos de la Emancipación. Aunque desde 1830 se hicieron varios intentos por tener la letra de un Himno Nacional, uno de los primeros Himnos presentados por un músico a las autoridades legislativas en miras de alcanzar su oficialización, fue compuesto en la segunda mitad del siglo XIX, en 1865, por el argentino Juan José Allende, quien trabajaba como director de bandas en nuestro país; sin embargo su Himno no alcanzó el necesario consenso para oficializarlo, pero sirvió de motivación para generar la preocupación por dotar definitivamente de una Canción Nacional al país; para ello el presidente del la Cámara de Senadores, Nicolás Martínez, comprometió a Juan León Mera Martínez (1832-1894), Secretario del Senado y distinguido literato, a que hiciera una letra para tal propósito para que se suplante la que había presentado Allende. Luego a partir de 1869, la música del Himno Nacional de Allende fue también reemplazada por la del músico Antonio Neumane Marno (Córcega, 1818-Quito, 1871), en base al texto que hiciera el escritor ambateño Juan León Mera.

El estudio del jesuita Aurelio Espinosa, 1948.
Compilación y digitalización Fidel Guerrero Gutiérrez

Poco después del Primer Grito de la Independencia se habían hecho algunos intentos creativos de canción patriótica. Dos composiciones literarias aparecieron en una compilación del Dr. Agustín Salazar y Lozano de 1854, titulada Recuerdos de los sucesos principales de la revolución de Quito desde el año de 1809 hasta el de 1814:

Canciones modernas,
A la memoria de los precedentes acontecimientos.
La siguiente alternó en uno de los acostumbrados aniversarios del 10 de Agosto de 1809.

Coro

De la Patria loor al gran día
comprensivo de dicha eternal,
en que el paso primero dio Quitohacia el templo de la Libertad.

Compatriotas ¿no asombra el saber
qué produjo tamaño portento?
quedó el mundo pasmado al momento
en que oyó las cadenas trozar;
Y mil astros mostraron entonces
que en el orden se hallaba divino
el cambiar de la Patria el destino
y al León de la Iberia humillar.

De la Patria etc. ...

Si los pueblos de Grecia y de Roma
hoy hubieran su suerte probado,
en sus fastos habrían colocado
a esta aurora de gloria inmortal.
Pero no; que de América es día,
y es de Quito animosa y triunfante,
que en los Andes se muestra radiante
cual vistoso, perenne fanal.

De la Patria etc. ...

El brillante aparato que vemos,
y entre todos la grata constancia
de acatar en cualquiera distancia
de esta fiesta al blasón primordial;
la esperanza de nobles progresos
en las ciencias, industria y las artes:
nos persuaden que por todas partes
hoy debamos la luz celebrar.

De la Patria etc. ...

Elevad a los cielos la vista
y hallaréis esos genios dichosos,
que a la Patria supieron virtuosos
sacrificios sin fin tributar.
Relucientes sus sombras vaguean
y vivaces el porte nos ven
Qué no observan! Y todo preveen:
No turbemos su excelso gozar.

De la Patria etc. ...

Ellos quieren que dulce concordia
sea el timbre del bello Ecuador,
y que adictos al orden y honor,
gusten todos del bien general.
Que políticos celos se extingan
nos exigen con modo imperioso,
A que así más festivo y hermoso
nuestro canto prosiga leal.

De la Patria loor al gran día
comprensivo de dicha eternal,
en que el paso primero dio Quito
hacia el templo de la Libertad.

Otra pieza lírica acredita a José Joaquín de Olmedo:

"Otra en iguales circunstancias
Dedicada por el Señor Doctor
José Joaquín Olmedo.

Coro

Saludemos la aurora del día
para Quito de gloria inmortal,
en que osado Pichincha el primero
proclamó Libertad, Libertad.

El Pichincha indignado del yugo
lo sacude de su noble frente,
dio un bramido y se vio de repente
el rugido del León acallar:
infundióle el pavor nueva saña
y se lanza feroz y violento
!Santo Dios! destrozado y sangriento
de la Patria se mira el Altar.

Saludemos etc. ...

Más la Patria de tantos horrores
al fin triunfa de constancia llena,
como nave que burla serena
los embates de la tempestad:
el destino ordenó el sepulcro
del tirano en su loca fortuna,
fue este el momento do se alzó la cuna
primitiva de la Libertad.

Saludemos etc. ...

¡Quiénes son esos genios gloriosos
que asomados desde el firmamento
mezclan gratos su armónico acento
a este coro de canto triunfal?
Son los héroes que osados y fuertes,
con su sangre, cadenas y llanto
propagaron la verdad del santo
evangelio de la Libertad.

Saludemos etc. ...

Conservemos ilesa esta gloria
que los cielos nos dieron propicios,
no se pierdan al fin sacrificios
que festiva coronó la paz:
No profanen jamás este suelo
el error y nefanda discordia,
y los pueblos en dulce concordia
vivan siempre en amor fraternal.

Saludemos la aurora del día
para Quito de gloria inmortal
en que osado Pichincha el primero
proclamó Libertad, Libertad.

Como se podrá advertir, estos cantos patrióticos dedicados a Quito tienen algunos elementos que se los puede hallar en el Himno Nacional del Ecuador de Juan León Mera, quien, al parecer, conoció la existencia de esa publicación, y evidentemente tomó de esos cantos ciertas figuras o motivos para la elaboración del Himno Nacional del Ecuador, el mismo que escribiera a fines de 1865, mientras estos otros corresponden a 1810-1814. Al menos uno de ellos sí lo conoció, en el Himno que presentó Allende a la Cámara de Senadores, aquel que dice: Saludemos la aurora del día… que se acredita a José Joaquín Olmedo (Guayaquil, 1780-1847).


Edición hecha en Lima.

Cuando Mera todavía vivía asevera que vio una impresión del Himno hecha en Lima. Conocemos tres partituras hechas en Lima, una para canto y piano y dos para piano solo, las mismas que hemos podido compilarlas -la primera en la ciudad de Guayaquil, la otra en Quito y la tercera en un rastreo en internet- e insertarlas en este estudio, conjuntamente con otras de épocas posteriores. Luego se mandó a imprimir otra en Milán, 1901; ésta última decretada por el presidente Eloy Alfaro Delgado. Para un mejor conocimiento, en la 2da parte de este estudio podrán verse varias de las ediciones que hemos recuperado y que pueden servir para hacer un seguimiento y estudio musical del Himno.

En 1887 el encargado de negocios y diplomático en Ecuador, el español, Manuel Llorente Vázquez escribía a Juan León Mera, una carta en la que manifestaba: " [...] ni las estrofas del Himno Nacional , ni su oposición a que se cambiaran cuando algún representate lo indicó en la última legislatura [...] revelan en Ud. (lo digo con dolor) sentimientos de verdadera amistad hacia la madre Patria, ni son los más a propósito para establecer los vínculos fraternales que desea España". Así se dio comienzo a una serie de impugnaciones para que se cambie el Himno, tanto en su texto como en su música. Quizá quien más bregó para su modificación fue el compositor cuencano Luis Pauta Rodríguez (1858-1945), que elaboró un estudio de reformas para la música y con la contribución de algún escritor, del texto. Sus postulados se encuentran concentrados en su libro Reformas a la canción nacional ecuatoriana, del cual conocemos dos ediciones, la primera de 1903 y la de 1938. Para el musicólogo ecuatoriano Segundo Luis Moreno (1882-1972) el Himno de Mera debía pasar a ser una canción patriótica y debía convocarse a crear otra obra. En la parte textual los cercenadores del texto, en gran medida eran hispanófilos que consideraban que la letra de Mera era una agresión a la “madre patria”(1).



Luis Pauta Rodríguez y sus Reformas al Himno
Si bien las primeras propuestas de cambio, en el siglo XIX, no se concretaron, fue en primera instancia por que Juan León Mera se negó rotundamente a que se modificará su Himno y entabló una larga controversia con el diplomático español Llorente Vázquez (2), uno de los más insistentes e influyentes reformadores (se valió de senadores de la cámara para tratar de alcanzar sus pedidos). En el siglo XX a pesar de largas campañas para que se hicieran reformas drásticas, éstas no tuvieron una respuesta contundente, pero sin duda sí se hicieron algunos cambios en el Himno. Se dejó de cantar la primera estrofa que fue sustituida por la segunda; esto se dio tras el pedido de la legislatura que encargó a la Academia Ecuatoriana del Idioma (extensión de la española) que “en asocio del señor Juan León Mera Iturralde, hijo del ilustre autor de nuestra Canción Nacional, hiciera, en su parte literaria, las enmiendas que juzgare oportunas para desterrar los conceptos hirientes a la Nación preclara que nos infundió la virtualidad de su alma caballerezca, sus respetables tradiciones y su armoniosa y fecunda lengua, cuidando, al mismo tiempo, de que se conserven, en su mayor parte, las patrióticas frases del autor que constituyen, por su tradición y recuerdo, la historia de la República. / La H. Academia Ecuatoriana aceptó, complacida, este honroso encargo y ha pedido a ese Ministerio que someta al próximo Congreso las siguientes ligeras modificaciones, introducidas por ella en el Himno Nacional:

"1º. Supresión de la primera estrofa del Himno, para que ocupe su lugar la segunda, que bien se relaciona con la expresiva salutación del coro;
Etc.”. Esto se publicó en el Informe que el Ministro de Instrucción Pública, Beneficencia, Agricultura, etc., presenta a la nación, p. 165-168 (1924).

Otro cambio, en 1900 se bajó la tonalidad de sib mayor en que estaba el original a sol mayor (En este punto cabe preguntarse por qué Neumane habrá escrito en esa tonalidad el Himno, ¿para que canten solo sopranos de ópera? Incluso existe una versión en do).

En 1948 se bajó oficialmente la tonalidad a fa mayor, aunque existía una versión publicada en 1917 en esa tonalidad, hecha por Pedro Pablo Traversari, así que solo se ratificó aquello que ya se hacía; así mismo se ratificó que debía cantarse la segunda estrofa en vez de la primera y se decretó la intangibilidad del Himno. Finalmente, entre los cambios significativos posteriores, en el 2001, por gestión del músico y director de orquesta Álvaro Manzano, se fijó a través de decreto la tonalidad en mi mayor, e igualmente se señaló la intangibilidad del Himno.

6. Partitura del Himno Nacional del Ecuador (tonalidad oficial en Mi mayor, partitura levantada en la Orquesta Sinfónica Nacional y entregada como respaldo al respectivo Decreto legislativo)

(Dar click en los gráficos para ver e imprimir en grande)






Notas:
1. Término tan fuera de lugar, que se compara al de “padres de la patria” que el pueblo usaba para referirse a los diputados, como eufemismo para no utilizar alguna procacidad.
2. Juan León Mera llevó una enconada disputa con este personaje, no solo por la letra del Himno y por el ataque de España a Perú y Chile, sino porque Llorente en nuestro país logró que se mutilara una estatua de Sucre que tenía a sus pies un león derrotado. Comentarios sobre ese asunto y un perfil imaginario sobre don Manuel Llorente, quien acabada de publicar en Madrid unas memorias de viaje tituladas Cuadros de costumbres con un capítulo del Ecuador, se escribió en el Diario de la Capital (Managua, 24 julio, 1891) de Nicaragua:
“… Observa, Don Manuel, que en una de las plazas de Quito se alza un monumento a la memoria de Sucre, simbolizado por un león pisoteado por aquel genio americano.
Las ideas absolutistas se sublevan en el alma del monárquico y gestiona para que la estatua sea derivada… Pedradas, [gritos], silbatinas, todo hubo.
"Sin embargo, el monumento fue derribado, porque el Presidente don José María Caamaño dijo que así convenía a la política internacional y que era un gran paso diplomático.
“… Yo no le conozco, ni deseo conocerlo [a Llorente]. Me imagino que debe de tener muchos años encima ese literato; debe llevar gran petaca en las espaldas y peluca empolvada en la cabeza.
“La caja de rapé en la faltriquera, los anteojos cabalgando eternamente sobre la nariz, la tosecita seca en la garganta, el párpado rugoso cubriendo los ojos centellantes; todos estos deben ser los atributos del presumido escritor que juzga a la raza latinoamericana como una raza muerta.
“… Viejo a de ser, y del siglo XIV, quien le niega porvenir brillante a nuestra raza, belleza a nuestras mujeres, educación a nuestras sociedades, moralidad a nuestras costumbres, talento administrativo a nuestro mandatarios y suficiencia a nuestro escritores.
“No es probable otra edad para el diplomático que habla además de fraternidad entre España y América al propio tiempo que nos da puntapiés y hace irrisión de estas Repúblicas”.
Fin a la 1ra parte.

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