Un
pasodoble torero. Nos piden partitura de Sangre ecuatoriana
Fidel
Pablo Guerrero
El Pasodoble o paso doble, es un baile español escrito en compás binario simple de 2/4 que se introdujo en Ecuador en el siglo XIX; desde entonces los compositores ecuatorianos crearon un sinnúmero de pasodobles que se fueron caracterizando dentro de tres tipologías:
Pasodoble militar;
Pasodoble “homenaje”,
Pasodoble “homenaje”,
Pasodoble torero; y
Pasodoble fúnebre
El pasodoble militar servía para acompañar a las tropas y como dedicatoria a asuntos y eventos de la milicia: Al Oriente a paso de vencedores / Juan Bautista Luces: El regimiento pasa / Salvador Bustamante Celi; Viva El Tarqui [un regimiento] / Antonio C. Cabezas, etc. Es posible que este tipo de pasodoble sea el más antiguo (tanto en España como en nuestro país) y seguramente fue generando los otros pasodobles; primero el pasodoble fúnebre para los muertos en batalla; y, - en tiempos de paz y esparcimiento- surgirían el pasodoble torero y el "pasodoble de homenaje".
El pasodoble homenaje se dedicaba a personas, organismos o sucesos importantes del entorno: Marco, Carlos A. Rivadeneira, Tío José, Viva el 24 de mayo, Cine Ambos Mundos (estos dos últimos del compositor guayaquileño Antonio Cabezas), etc., o a altas dignidades políticas o personas representativas del país: El General Plaza, del compositor Pedro Pablo Traversari Salazar (1874-1956); Eloy Alfaro, de José Casimiro Arellano (1880-1970); El defensor; a Honorato Vázquez / Teresa Alavedra. Este tipo de pasodoble, sin duda, dio su cuota de contribución para que surgiera el pasacalle ecuatoriano, danza binaria que pasó a ser la versión local del pasodoble; posiblemente así nació también el pasacalle homenaje (o podríamos llamarlo también pasacalle de arraigo, como lo llamaría el historiador Jorge Núñez), piezas dedicadas igualmente a personajes pero adicionalmente, sobrepasando las individualidades, su dedicatoria se extendía a localidades, ciudades, pueblos o provincias: El chulla quiteño, Chola cuencana, Chulla riobambeño; Soy del Carchi; Guayaquileño; Guayas venturoso, Ambato tierra de flores; etc.
Creación del guayaquileño Juan Bautista Luces. |
El pasodoble homenaje se dedicaba a personas, organismos o sucesos importantes del entorno: Marco, Carlos A. Rivadeneira, Tío José, Viva el 24 de mayo, Cine Ambos Mundos (estos dos últimos del compositor guayaquileño Antonio Cabezas), etc., o a altas dignidades políticas o personas representativas del país: El General Plaza, del compositor Pedro Pablo Traversari Salazar (1874-1956); Eloy Alfaro, de José Casimiro Arellano (1880-1970); El defensor; a Honorato Vázquez / Teresa Alavedra. Este tipo de pasodoble, sin duda, dio su cuota de contribución para que surgiera el pasacalle ecuatoriano, danza binaria que pasó a ser la versión local del pasodoble; posiblemente así nació también el pasacalle homenaje (o podríamos llamarlo también pasacalle de arraigo, como lo llamaría el historiador Jorge Núñez), piezas dedicadas igualmente a personajes pero adicionalmente, sobrepasando las individualidades, su dedicatoria se extendía a localidades, ciudades, pueblos o provincias: El chulla quiteño, Chola cuencana, Chulla riobambeño; Soy del Carchi; Guayaquileño; Guayas venturoso, Ambato tierra de flores; etc.
Los pasodobles toreros estaban obviamente
vinculados a la denominada “fiesta brava”, y eran interpretados por las
bandas de música en las corridas de toros. La banda popular (vientos metales,
maderas y percusión) pasó a ser parte de la función taurina, hacía algunos
toques rituales y ejecutaba piezas musicales -pasodobles- para el festejo de los concurrentes.
También
existió una versión de pasodoble fúnebre,
más emparentado con la marcha fúnebre,
que servía como ofrenda a los caídos y se tocaba en entierros y en procesiones
fúnebres.
Si bien los pasodobles eran piezas principalmente
instrumentales, ocasionalmente se les incluía letra; cosa contraría de lo que
sucedía con el pasacalle ecuatoriano,
que en la mayoría de los casos tenía texto.
Sangre ecuatoriana: pasodoble torero de Julio
Cañar
Sangre ecuatoriana es un pasodoble del compositor de música popular Julio Cañar Cárdenas (Baños, 1898-1986), quien se afincó en la ciudad capital. En una entrevista hecha en los años 70’s para la revista Estrellas, Cañar menciona que fue su primera composición musical y que la hizo en 1930, cuando pasó a ser pianista, acompañando las películas silentes (“cine mudo”). Cuenta que llegaban varias películas sobre toros y que se hacía necesaria música de fondo apropiada al tema y precisamente se inspiró en una de esas producciones cinematográficas y creó Sangre ecuatoriana. Cañar era aficionado a las corridas y luego de entregar la partitura al director de la Banda Municipal de Quito, a cargo de Eloy Ramírez en esa época, la pieza se estrenó en la Plaza Arenas el 1 de noviembre de 1930 cuando actuaba en el ruedo el torero mejicano Silvetti y su cuadrilla. Menciona también que unos cinco años después, o sea en 1935 (otra fuente dice que en 1945, que parece ser más confiable), se envío la partitura a Buenos Aires y allá fue grabada para el sello Odeon por Enrique Rodríguez y su Orquesta Típica; esta versión instrumental alcanzó una difusión continental y a Cañar se le entregó una medalla de oro por la gran distribución y venta que alcanzó el disco.
Partitura de Sangre ecuatoriana con texto. (Archivo Sonoro de la Música Ecuatoriana) |
Existen también versiones con texto de este pasodoble, pero no alcanzaron
la popularidad de la versión instrumental. Uno de los textos es el que
sigue:
Primera parte
Bravíos como
el Ande que se yergue frente al sol,
sensibles
como notas que derrama el rondador,
siempre como
hermanos, cantemos a la Patria
ofrendándole
a su gloria la Sangre Ecuatoriana.
Somos la
raza nueva,
incásica
española,
somos la
sangre sola
que América
forjó.
Tenemos de
las nieves,
tenemos de
la sierra,
y de esta
alegre tierra:
la costa
tropical.
TENORES
Segunda parte
A ti, la
juventud
viene a
ofrendar
su corazón:
es nuestro
orgullo proclamar:
mi tierra
linda
es Ecuador.
Tercera parte
Que llegue a
Ti, ¡Ecuador, Ecuador, Ecuador!
mi canto
triunfal.
que dice
solo: ¡Ecuador, Ecuador, Ecuador!
mi Patria
ideal.
Repita el
eco: ¡Ecuador, Ecuador, Ecuador!
canto de
libertad.
La eterna
sangre de una gran Nación.
¡Ecuador,
Ecuador... Unión!
¡Ecuador,
Ecuador... Salud!
Existe otra versión textual, pero
no nos ha sido posible conseguirla (alguna vez la vimos en una partitura, pero
estaba incompleta).
Cañar es así mismo autor de otros pasodobles
toreros cuyos títulos son: Media
estocada; Arlequines de seda y oro;
Mujeres y toros; Tardes de sangre y sol, Señor del Gran poder; etc.
Portada del estudio biográfico de Julio Cañar. Quito, 1993.
(Archivo Sonoro de la Música Ecuatoriana)
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Existe un pasodobe de igual nombre, Sangre ecuatoriana, del compositor quiteño Cristóbal Ojeda Dávila (1906-1932), que fue creado y publicado antes que el de Cañar. Así mismo, hay en la capital del Ecuador una agrupación musical que adoptó el nombre de “Sangre Ecuatoriana”. Y finalmente apuntaremos que por inquietud de quien escribe este artículo se hizo una biografía corta de Julio Cañar, en colaboración con la musicóloga Ketty Wong, que publicó el Municipio de Quito en 1993.
Partitura del pasodoble Sangre ecuatoriana / Julio Cañar (dar click en los gráficos para ver o imprimir en grande).
Estimado Fidel, le saluda José Martín Robles, le comentó que trabajo en Telefónica Movistar y que estamos impulsando un concurso musical para niños y niñas d 7 a 14 años, el ganador podrá tocar en Berlín junto al reconocido pianista chino Lang Lang, por favor envíeme su correo a mi mail jose.roblessuarez@telefonica.com Muchas Gracias de antemano
ResponderEliminarEstimado Fidel. Muchas gracias por la información. Muy importante.
ResponderEliminarHola necesito copia de la partitura,si fuera posible, estudio acordeon, no la puedo ampliar, se hace ilegible, como puedo conseguir, gracias.
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